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Coyuntura europea

Bruselas limita el gasto para la ampliación a 40.000 millones

Los 10 países de Europa del Este que aspiran a ingresar en 2004 en la UE conocieron ayer oficialmente la oferta presupuestaria de la Comisión. Bruselas promete a los candidatos ayudas por valor de 40.000 millones de euros, pero advierte que no se trata de una cifra negociable. Es la última oferta si obtiene el respaldo de los actuales Estados miembros.

El equipo de la Comisión Europea que prepara la ampliación habló ayer claro y en alemán. 'Llega la hora de la verdad', advirtió el comisario de Ampliación, Gunter Verheugen. Junto a su compatriota alemana, Michaele Schreyer, responsable del presupuesto comunitario, y al austriaco Franz Fischler, titular de Agricultura, Verheugen presentó en sociedad un proyecto de financiación de la ampliación que no duda en calificar como 'la mejor solución'.

'Ya no son seis sino diez países candidatos los que vamos a tener a nuestras puertas en 2004', aludió el alemán a la negociación con Polonia, Hungría, Chequia, Eslovenia, Chipre, Estonia, Eslovaquia, Malta, Letonia y Lituania. Los tres comisarios urgieron a los candidatos a no precipitarse en el juicio sobre la oferta económica presentada ayer. 'Que miren a todo el conjunto', insistieron los tres en alemán, en su esfuerzo para que la atención no se centre en los pagos parciales que recibirán los agricultores del este tras la ampliación.

Se trataba, reconoce Schreyer, 'de encontrar la cuadratura del círculo' y buscar una fórmula que sea asumible por los actuales países de la UE. El resultado se cifra en un gasto de hasta el 0,14% del PIB de una UE de 25 miembros.

¿Mucho? 'Estamos hablando de la Unión política de Europa', responde la comisaria de Presupuesto. ¿Poco? 'La oferta no es un punto de partida para la negociación', advierte Verheugen. 'No hay margen para el regateo'. La UE, asegura la Comisión, apura con estas cifras el margen presupuestario pactado por los 15 en la Cumbre de Berlín hace tres años.

La propuesta presentada ayer destina a la ampliación 10.794 millones de euros en 2004, 13.400 millones un año después y 15.966 millones en 2006. Para después se deberán negociar un nuevo Presupuesto comunitario plurianual, previsiblemente ya con la participación de los nuevos miembros.

En total, las ayudas previstas, a través de la política agrícola, los fondos estructurales y los de cohesión, aportarán el equivalente a un 4% del PIB de los 10 candidatos, según destacó ayer el presidente de la CE, Romano Prodi. La UE cumple, asegura el italiano, su 'compromiso de solidaridad'.

Pero el proyecto de la Comisión debe recibir el visto bueno de los Quince, que lo analizarán por primera vez con detenimiento el próximo día 8 de febrero en Cáceres. El titular de Exteriores, Josep Piqué, debatirá entonces con sus homólogos el coste de la ampliación.

España, de entrada, observa con reticencia el dogma que intenta imponer Bruselas sobre la entrada simultánea de 10 candidatos. Francia también ha expresado su malestar sobre una decisión unilateral que parece obedecer a los dictados de Berlín. Madrid tampoco se fía del efecto que puede provocar la entrada de países con renta per cápita muy baja en el reparto de los fondos estructurales, aunque Bruselas insista, con datos de 1999, en que sólo Asturias y Castilla y León corren el riesgo de perder ingresos. En 2006 las cifras pueden haber variado.

También provocará el interés de los ministros la alquimia presupuestaria que han fraguado Verheugen, Schreyer y Fischler, para que sea posible integrar a cuatro candidatos más de lo previsto inicialmente.

Bomba de relojería contra la PAC

 

El comisario de Agricultura, Franz Fischler, hizo ayer profesión de fe en el futuro de la política agrícola común de la UE, pero la reforma del gasto que impondrá la ampliación parece la coartada idónea para recortar una partida que se lleva casi el 50% del presupuesto de la Unión.

 

 

 

 

 

 

 

La propuesta de la Comisión de conceder subsidios directos a los agricultores del Este, siquiera parcialmente, rompe el consenso alcanzado hace tres años en Berlín. Los países contribuyentes netos, como Alemania o Holanda, observan con reticencias este aumento de la nómina, y sólo parecen dispuestos a admitirlos si llega a un compromiso firme de acabar con todo el sistema en un futuro no muy lejano. Los agricultores del Este recibirán tras la adhesión el 25% de los subsidios y sólo en 2013 podrían llegar a recibir el 100%. Sin prejuzgar, recuerda la Comisión, el modelo de la Política Agrícola Común (PAC) que pueda existir entonces.

 

 

 

A España, como presidenta de turno de la UE, le tocará la delicada labor de negociar tanto la ampliación como el inicio de la reforma agraria.

 

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