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Eslovaquia

En proceso de adaptación

La transformación de la economía eslovaca, de un sistema comunista a otro de libre mercado, ha llevado aparejada una serie de cambios necesarios en lo que se refiere a los costes de apertura de los negocios. Así, la primera consecuencia lógica de las sucesivas privatizaciones ha sido la progresiva liberalización de los precios de los suministros, aunque ésta no se ha producido de manera igual en todos los sectores económicos. De hecho, aún quedan empresas importantes sin privatizar, a través de las cuales las compañías extranjeras pueden obtener precios más baratos, como ocurre en el sector de la energía o de los inmuebles, por citar un par de casos.

Lo mismo ocurre con las retribuciones salariales, que en las empresas de propiedad privada son superiores comparándolas con las que perciben los trabajadores de las entidades estatales. De cualquier forma, los salarios son significativamente más competitivos en comparación con los españoles, aun más teniendo en cuenta el elevado nivel de educación y formación que recibió la anterior masa laboral durante la etapa comunista y la actual durante el periodo de transición a la economía de mercado.

Transportes anticuados

En cuanto a las infraestructuras, y desde el punto de vista de los negocios, hay que decir que los sistemas de transporte eslovacos están bien organizados, aunque pueden resultar un tanto anticuados para que puedan soportar todo el tráfico previsto para los corredores que unirán los cuatro puntos cardinales de Europa. Por ejemplo, a pesar de que existe un aeropuerto en Bratislava, muchos viajeros prefieren utilizar el de Viena para trasladarse después hasta Bratislava por carretera o ferrocarril. Este último medio de transporte es más fiable que el automóvil, ya que existen numerosos tramos de carretera que no están asfaltados adecuadamente, son estrechos y pueden dificultar o retrasar el trayecto.

En lo que se refiere al sector de las telecomunicaciones, el Gobierno está realizando importantes esfuerzos para actualizar la red de este tipo de servicios, aunque aún queda mucho camino por recorrer para ponerse a la altura de sus futuros compañeros de la Unión Europea. Por ejemplo, aún quedan por resolver los problemas detectados en las comunicaciones realizadas a través del fax, fomentar el uso de los telefax y continuar con el aumento de clientes de los más modernos servicios de datos, como es Internet o el correo electrónico.

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