La Pascua judía se celebra con aceite español
El aceite de la empresa española Borges se consumirá en Israel en la próxima Pascua judía. Varios rabinos han recorrido España supervisando su elaboración para que ésta se ajuste a las normas.
Una partida de 200.000 litros de aceite de oliva español ha salido estos días rumbo a Israel. No se trata de un aceite cualquiera.
Extraído por la cooperativa granadina Templeoliva y envasado en Lleida por Aceites Borges Pont, es, según los rabinos de la organización religiosa Badatz Sherit Israel, el mejor aceite que han probado tras visitar numerosas fábricas en la Península.
El aceite será consumido durante la próxima Pascua judía, o Pesaj. La fiesta de la libertad, que se celebrará durante la semana del 28 de marzo al 4 de abril y que conmemora el éxodo de los judíos de Egipto -donde vivían como esclavos- en el año 1313 antes de Cristo con dirección a la tierra prometida de Israel.
Desde entonces, durante el Pesaj está prohibido el consumo de alimentos con levadura, que simboliza la esclavitud, y sólo se toman alimentos puros o kosher -los que se supone que tomaron durante su éxodo-, cuyo proceso de elaboración debe estar supervisado por los rabinos.
Uno de estos alimentos es el aceite de oliva virgen extra. Borges, el mayor exportador de aceite español, lleva ya una década vendiendo aceite a organizaciones religiosas judías de Israel, país en el que disfruta de una sólida implantación. Y desde hace tres años se provee de este aceite en la cooperativa granadina Templeoliva, donde los rabinos controlan exhaustivamente todo el proceso de elaboración.
'Los rabinos exigen una profunda limpieza e higiene de las instalaciones, hasta el punto de que, mientras se extrae su aceite, nuestros empleados ni siquiera pueden comerse el bocadillo; lo deben hacer fuera de la fábrica', explica el gerente, Gregorio Núñez.
Según Núñez, los rabinos eligieron el aceite de la cooperativa granadina, bajo recomendación de Borges, 'porque es muy suave y de gran calidad, ya que nuestra almazara es moderna y cuidamos mucho la limpieza e higiene de todo el proceso'. A los rabinos parece no importarles que de allí mismo, hace aproximadamente 500 años, los judíos tuvieran que embarcarse en otro éxodo, esta vez expulsados por los cristianos.
Los rabinos permanecen las 24 horas del día vigilando toda la operación, la llegada de la aceituna, el lavado, prensado y vertido a los depósitos, 'que precintan', indica Núñez, una tarea que reproducen durante el envasado en la planta que Borges posee en Lleida.
Las exigencias de los rabinos rayan lo obsesivo. La maquinaria debe lavarse antes de elaborar su aceite y los camiones cisterna que lo llevan a Lleida no pueden haber cargado antes vino, leche o grasa animal.