La crisis argentina agrava los problemas energéticos de la región
La crisis energética brasileña, la inestabilidad política de Venezuela, segundo productor de petróleo de la región, y la incertidumbre argentina, gran exportador de gas natural y petróleo, ponen de relieve la necesidad de acelerar la integración energética de América Latina.
América Latina afronta un año duro. La Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal) estima un crecimiento de sólo el 1,1% durante este año. La creciente inestabilidad política en países como Argentina y Venezuela, el horizonte electoral en Colombia o Brasil y el negativo contexto internacional, con una brusca caída del comercio mundial, multiplican los retos que la región debe afrontar para lograr un crecimiento estable.
En ese contexto, la garantía del suministro energético es esencial para asegurar el crecimiento. La incertidumbre de Argentina, con la amenaza de gravar con un 20% las exportaciones de gas y petróleo, pone en peligro el suministro energético de las economías más fuertes de la zona, Brasil y Chile.
La fragilidad del sistema energético brasileño quedó en evidencia el año pasado. El 80% de la energía es generado por hidroeléctricas. Una sequía llevó el año pasado a aprobar restricciones al suministro que pueden extenderse hasta 2003. La presión social y la necesidad de impulsar el crecimiento han obligado a aliviar las restricciones. El racionamiento eléctrico se ha rebajado del 15% al 10% para los consumidores industriales y del 12% al 6% para el usuario doméstico.
El Ejecutivo ha impulsado a una agresiva política de construcción de centrales termoeléctricas. El objetivo, diversificar las fuentes de aprovisionamiento energético. Destaca también la edificación de un gasoducto con Bolivia y la implantación de una red de gasoductos que conecta el mercado de gas de Brasil y Argentina. Otro de los grandes proyectos en marcha es crear una red eléctrica entre Brasil, Argentina y Uruguay. El Gobierno chileno también ha garantizado que, si finalmente Argentina decide gravar las exportaciones, no serán los consumidores los que tengan que asumir el coste. Jaime Millán, analista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apunta a la importación de gas licuado boliviano como alternativa a los problemas de suministro argentino. Bolivia aparece en el horizonte como uno de los países con más posibilidades de desarrollo, gracias a sus fuertes reservas de gas.
Los retos que afronta la región han llevado a impulsar el proyecto de Integración de Infraestructura Regional Suramericana, auspiciado por el BID y la Corporación Andina de Fomento (CAF). Un plan ambicioso que no se reduce al tema energético, sino a la integración comercial, financiera y tecnológica.