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Argentina

El Merval sube por su propio peso

La devaluación de la divisa argentina frente al dólar convierte en pérdidas desde el punto de vista del inversor internacional las plusvalías logradas en la Bolsa de Buenos Aires. La reapertura al alza es poco más que un espejismo monetario

Tras ocho sesiones con el mercado de renta variable cerrado, la Bolsa argentina reanudó el jueves la contratación. Para sorpresa de algunos, lo hizo apuntándose una subida del 8,15%, que ayer se extendía, a pesar del deterioro económico y social vivido por el país. No se trataba de un nuevo divorcio entre la economía real y la financiera, sino más bien de un simple espejismo monetario. La cotización de las acciones subía en pesos, pero el peso se desplomaba. El resultado, desde la óptica de un inversor internacional, es que la subida bursátil se traduce en realidad en fuertes pérdidas. En lo que va de 2001,y hasta media sesión de ayer, el índice Merval sube en moneda local un 39%, pero en euros baja un 29% y en dólares, un 30%.

Los principales títulos argentinos han seguido cotizando en Nueva York mientras la Bolsa argentina estaba cerrada. Sin distorsión monetaria por medio, la caída de cotización se ha visto con mayor crudeza.

Antes de la suspensión de las cotizaciones, parte de la subida de la Bolsa argentina se explicaba por las restricciones a los movimientos de capitales. Comprar en pesos en Buenos Aires acciones que también cotizan en Nueva York para venderlas allí en dólares era una forma de saltarse el corralito financiero que impide la retirada de los depósitos bancarios. La diferencia de cotizaciones entre ambos mercados reflejaba por un lado esa presión compradora en Argentina y vendedora en Wall Street, pero también era una forma de descontar la devaluación. Las cotizaciones en pesos estaban más de 1,5 veces por encima del equivalente en dólares porque se contaba con que el dólar pronto valdría más de 1,5 pesos.

Con todo, ha habido diferencias sustanciales en lo que a la cotización de unas empresas argentinas y otras se refiere. Las acciones de empresas industriales y exportadoras han recuperado una mayor parte del terreno perdido a través de la devaluación, mientras que entidades financieras como el Banco de Galicia o el BBVA Banco Francés ven caer su cotización incluso en pesos.

Curiosamente, tres de los 18 valores del índice Merval no son argentinos, sino españoles. En el índice no están Telefónica de Argentina, YPF y el Banco Río de la Plata, sino directamente Telefónica, Repsol y el Santander Central Hispano. Eso se debe a que esas tres empresas españolas se han hecho con casi el 100% del capital de sus filiales argentinas y a que parte del pago por ellas se ha hecho con acciones de las empresas españolas admitidas a cotización en Buenos Aires. El fenómeno estuvo a punto de repetirse con el BBVA Banco Francés, pero la entidad española retiró la opa sobre el 32% que no controlaba de la argentina a raíz del deterioro de la situación. La cotización en Buenos Aires de las empresas españolas subía con fuerza en la reapertura de la Bolsa, de nuevo por un efecto meramente cambiario.

En España, mientras, la semana ha sido relativamente más tranquila para las empresas con intereses en Argentina. Los analistas coinciden en señalar que los dos grandes bancos dejarán cubiertos por completo su riesgo en Argentina con las provisiones realizadas en el cierre de las cuentas de 2001. Se ha ido extendiendo la impresión de que si sus responsables no ven claro el desenlace de la situación, preferirán irse de Argentina antes que inyectar nuevos fondos en sus filiales, como ya señalaban la semana pasada los analistas. La conclusión es que si el sistema financiero se encamina a la quiebra, los bancos pueden perder todo lo invertido en el país, pero lo que no están dispuestos es a arriesgar aún más.

El Santander, sin embargo, se ha visto obligado a cumplir con la obligación de tomar un 18,5% adicional del Banco Río de la Plata a cambio de 30,24 millones de acciones propias valoradas en unos 275 millones de euros, en una operación que se formalizará el lunes. El importe es inferior a los 300 millones de euros que el banco repatrió al grupo el pasado ejercicio.

Esta semana, la cotización del BBVA ha subido un 1,41% y la del SCH, un 0,78%. Telefónica, que fue finalmente el valor que más cayó la semana pasada, ha cedido muy poco terreno en ésta (-0,70%). Peor le ha ido a Repsol, que cae otro 4,84%. En los dos casos sigue pesando la incertidumbre sobre el grado de devaluación del peso y sobre la concreción final de las medidas del plan de ajuste que les afectan. A Endesa le ocurre lo mismo, pero tiene mucho menos en juego en términos de activos y de aportación a resultados. La acción de la eléctrica cierra la semana con caída del 1,67%.

Los analistas de Santander Central Hispano han revisado el impacto del efecto tango sobre Telefónica. Según sus cálculos, una devaluación del 50% del peso (a dos pesos por dólar) puede tener un impacto del 7% en el flujo de caja de explotación (Ebitda) del grupo y del 15% en el beneficio por acción. Pero aun asumiendo un valor nulo para los activos de la empresa en Argentina, el precio objetivo de la acción se situaría entre 15 y 18 euros y el rango de valoración quedaría entre 12 y 13,30 euros en el caso extremo de que se dé valor cero a toda la inversión en Latinoamérica. Sus analistas creen que a los precios actuales el riesgo de bajada a medio plazo es muy limitado y consideran que Telefónica ofrece una oportunidad de compra pese a la volatilidad a corto plazo.

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