Con un ojo puesto en Asia
Los fondos que invierten en países emergentes asiáticos han ganado cerca del 50% en tres meses. Los gestores apuestan con fuerza por estos mercados
El repunte bursátil mundial vivido desde los mínimos alcanzados en torno al 21 de septiembre ha sentado estupendamente a los fondos que invierten en los mercados emergentes asiáticos, como Taiwan, Corea o Hong Kong. Muchos de los fondos con las mayores revalorizaciones de los últimos tres meses pertenecen, de hecho, a esta categoría, y sus rentabilidades han superado en muchos casos el 50%. Ahora bien, este fuerte empuje no ha sido sino una reacción a la penalización que habían sufrido los mercados asiáticos a medida que se fue confirmando la desaceleración global, liderada por Estados Unidos y Japón. Los inversores, por aquel entonces, huyeron en masa de los mercados emergentes, influidos, además, por las crisis argentina y turca. A pesar del repunte vivido por los fondos que invierten en Asia, gestores y analistas mantienen una muy positiva opinión en torno a su futura evolución, condicionada, eso sí, a que la economía global reinicie la senda el crecimiento a finales de este año.
'Con los inversores abandonando en masa las Bolsas de los países emergentes, las valoraciones se han vuelto crecientemente atractivas', señalan en Credit Suisse First Boston. Un informe de Merrill Lynch calcula que los mercados emergentes cotizan actualmente a 1,7 veces de su valor en los libros, frente a las 2,7 veces del mundo en su totalidad. 'Las estrechas valoraciones de los mercados desarrollados deberían alentar a los inversores globales a aumentar su exposición a los mercados emergentes más atractivamente valorados', señalan los analistas del banco de inversión.
Los expertos tienen sus miras puestas en estos mercados, pues suelen ser los que primero y con más fuerza reaccionan a las recuperaciones económicas. Si, como apuntan gestores y analistas, ésta llega a finales de 2002, los mercados emergentes pueden experimentar un serio rebote. A ello contribuirá, sin duda alguna, la agresiva relajación monetaria estadounidense del último año, la cual ha facilitado la financiación o refinanciación de la deuda de las compañías de aquellos países.
'El ritmo de crecimiento de los mercados emergentes se mantiene generalmente al doble que el de los desarrollados o deceleran a un ritmo mucho menos que aquéllos', afirman en Franklin Templeton. Según la encuesta realizada por Taylor Nelson Sofres para Merrill Lynch a comienzos de enero, los gestores de fondos de inversión apuestan en estos momentos a partes casi iguales por la inversión en EE UU, la zona euro y los países asiáticos.
Al margen de las perspectivas de crecimiento de estos países -por ejemplo, un 5% en Corea en 2002-, naciones como la misma Corea, Taiwan, Singapur o Tailandia van a verse claramente beneficiadas por la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC). 'Hemos visto que en el pasado Asia se acomodó con éxito al crecimiento de Japón y algunas economías recientemente desarrolladas como Corea, Hong Kong y Singapur', recuerdan en Franklin Templeton. 'China puede que exporte más en el futuro, pero también importará más del resto del mundo y, en particular, de otros países asiáticos. China no puede producirlo todo por sí misma'.
Al margen de los parabienes de los informes de análisis con respecto a los mercados asiáticos, no faltan avisos y llamadas a la cautela, pues se trata de mercados de riesgo en los que no conviene invertir la totalidad de una cartera. 'El problema con los activos que están fundamentalmente infravalorados es que muchas veces se mantienen de esa manera durante prolongados periodos de tiempo (o incluso se devalúan más todavía)', explican en Credit Suisse First Boston. 'Es difícil saber cuál será el catalizador que provoque un cambio que perdure en el sentimiento de los inversores hacia los mercados emergentes', continúan.
Paralelamente, el momento de la salida de la crisis de Estados Unidos no está tan clara, sobre todo tras el pesimismo transmitido por el presidente de la Reserva Federal de aquel país, Alan Greenspan, el pasado viernes 11 de enero. Pero además, los atentados terroristas del 11 de septiembre adelantaron la caída en recesión de la economía estadounidense, lo cual ha retrasado la recuperación económica global, incluida la de los países emergentes asiáticos. La prolongada crisis que arrastra Japón tampoco está favoreciendo la evolución económica de los países de la zona, que están viviendo una seria reducción de sus exportaciones a aquel país.
Preocupante resulta también la situación de crisis profunda que vive Argentina, pues habitualmente, en el pasado, los mercados emergentes de todo el mundo se han visto arrastrados por el deterioro económico de uno de ellos. En Asia, de momento, no se observan signos de contagio desde Argentina, cuya inestabilidad puede afectar más bien a países de su entorno como puede ser Brasil. 'Estamos observando señales alentadoras de estabilización económica en Asia', apuntan en Merrill Lynch. 'La producción industrial y el crecimiento de las exportaciones han dejado de caer y todavía deben revivir con fuerza', añaden. Pero eso sí, siempre que la economía de EE UU reinicie su crecimiento.