La Bolsa busca soporte
La Bolsa ha logrado salvar la semana con un ligero ascenso pese a que la situación en Argentina no parece dejar de agravarse. El pequeño avance del 0,32% en el Ibex 35 parece todo un logro tras el desplome del peso, la revisión a la baja de previsiones de resultados y el feo panorama macroeconómico internacional. Casi todos los mercados de renta variable del mundo han arrancado el ejercicio a la baja, pero la caída española es mayor por la singularidad de la fuerte presencia en Argentina y Latinoamérica de las principales empresas cotizadas de nuestro país.
Ni las intervenciones del banco central ni las restricciones monetarias han impedido que la devaluación del peso haya ido mucho más allá de ese 28,5% que se decretó oficialmente. En los mercados de divisas, el peso vale ya la mitad que el dólar, pese a que no hay aún una flotación verdaderamente libre. Mientras, el riesgo de quiebra del sistema financiero se acentúa. La agencia de calificación crediticia Moody's señalaba ayer la insolvencia de los bancos argentinos y la impresión de que sus accionistas no van a arriesgar en ellos más capital. En el caso de la banca española, la posibilidad de limitar las pérdidas al coste de salida del país que apuntaban la semana pasada los analistas ha tomado cuerpo esta semana. Los bancos provisionarán todo el riesgo en sus cuentas de cierre de 2001 y, tras absorber ese impacto, muy difícilmente estarán dispuestos a inyectar más recursos.
Más complicada es la situación para Telefónica y, especialmente, Repsol YPF, que no pueden despedirse del país sin más. En el caso de la petrolera, el supuesto extremo de pérdida de sus activos en el país dejaría la empresa prácticamente sin valor para el accionista, dado su alto endeudamiento y la importancia que Argentina tiene para su balance. De ahí que la retirada no sea una posibilidad y que su posición negociadora ante el Gobierno argentino sea más débil, al igual que ocurre, sin llegar a esos extremos, con Telefónica y, en menor medida aún, con Endesa y otras empresas españolas presentes en el país.
La Bolsa ha registrado esta semana esas diferencias y, mientras los bancos mantenían el tipo, Telefónica y Endesa cedían algo de terreno y Repsol seguía bajando con fuerza.
El impacto sobre los resultados empresariales ha empezado a reflejarse en las previsiones de los analistas, pese a que estos aún no cuentan con todos los elementos de análisis necesarios y pese a que el ritmo de la devaluación del peso obliga a actualizar los cálculos a cada momento. La temporada de presentación de resultados no ha hecho más que empezar, pero se presenta teñida de un pesimismo que no se recordaba desde hace muchos años. Tras varios ejercicios de crecimientos superiores al 10%, todo apunta a la posibilidad de un estancamiento en los beneficios por acción de 2001, si bien los expertos todavía confían en que este año se retome la senda de crecimiento.