Opel contabiliza pérdidas récord, pero ratifica su plan de inversiones
El fabricante alemán de automóviles Opel se considera respaldado por General Motors, su casa matriz, pese a que las pérdidas de 2001 fueron las más abultadas de su historia. Así lo afirmó ayer el presidente de Opel, Carl-Peter Forster, quien confirmó las inversiones previstas para el año en curso, lo que salvaría la producción de un nuevo monovolumen en España. El resultado global de GM también empeoró, con una caída del 58% en el beneficio del último trimestre.
En la presentación de los peores resultados registrados por su compañía, Forster salió al paso de las afirmaciones de la prensa alemana, que señalaba que General Motors se plantea incluso la venta de Opel si la firma germana no alcanza el equilibrio en 2003. El máximo ejecutivo de Opel dijo que la compañía cuenta con el total respaldo de General Motors, mientras que el responsable de finanzas del grupo, Walter Borst, destacó que el gigante automovilístico incluso estaría dispuesto a proporcionar ayuda financiera a su filial “si fuera necesario”.
Opel informó de unas pérdidas operativas de 674 millones de euros (112.144 millones de pesetas) el pasado año. Forster atribuyó el descalabro a la difícil situación económica en Europa, sobre todo en Alemania, donde cayeron las ventas de vehículos. Reconoció, no obstante, otros factores como el exceso de capacidad y los elevados costes estructurales y de administración, entre otros.
El beneficio después de impuestos ascendió el pasado ejercicio hasta los 87 millones de euros, frente a las pérdidas de 427 millones de euros de 2000, lo que se debió a las ganancias del Banco Opel, cuyos resultados se consolidaron por primera vez en las cuentas del grupo.
Inversiones en Figueruelas
El directivo anunció también un programa de inversiones que dedicará 10.000 millones de euros hasta 2006 y que permitirá sacar un nuevo modelo al mercado cada seis meses. Fuentes de la compañía en España destacaron que ese plan inversor dejaría a salvo la anunciada fabricación de un nuevo monovolumen en Figueruelas (Zaragoza). Igualmente, fuentes sindicales creen que la apuesta del grupo por ese nuevo vehículo es incondicional.
Forster no lo dijo expresamente, ni quiso concretar medidas de ajuste que pudieran afectar a la planta española. Tan sólo señaló que esta planta se encuentra actualmente, junto a las de Bochum, Kaiserlautern y Rüsselsheim, dentro de un proyecto para la búsqueda de socios en la fabricación de componentes con el fin de reducir costes.
La dirección de Opel cuenta ya con que el ejercicio 2002 no será fácil pero no se anunciaron más medidas de ajuste de las ya conocidas. La empresa espera seguir reduciendo sus costes y no duda en que se alcanzará un equilibrio en 2003, tal y como prevé el plan Olympia de rees-tructuración. Pese a la insistencia de la prensa, el más alto directivo de Opel no quiso confirmar, aunque tampoco lo descartó, si los trabajadores de la empresa verán congelado su salario o perderán la paga de Navidad este año, como había asegurado la prensa alemana. ;Aún estamos negociando con los sindicatos, afirmaron Forster y el jefe de personal de Opel, Norbert Küpper. Fuentes sindicales confirmaron que la firma sopesa una congelación de salarios para 2002 y 2003, lo que consideraron inaceptable.
Los resultados globales del grupo General Motors tampoco fueron satisfactorios. El grupo norteamericano adelantó que sus ganancias operativas del último trimestre del año 2001 se contrajeron un 58%, hasta los 255 millones de dólares (unos 290 millones de euros). Los analistas esperaban datos incluso peores. El grupo registró mejores ventas de las previstas después del 11 de septiembre, pero esto fue así por la agresiva política de los grandes fabricantes de vender coches con financiación a interés cero. Ford anuncia hoy sus resultados y se esperan unas pérdidas netas anuales de unos 5.400 millones de dólares, frente a los 3.500 millones del ejercicio anterior.