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COMUNIDAD VALENCIANA

A caballo entre el ocio y el negocio

El mundo de la cría de caballos de pura raza española mueve 210 millones de euros al año. 2.300 cuadras venden ejemplares por valor de 42 millones. Para sus propietarios, el negocio cabalga con la afición.

Fausto Ferrero es un mallorquín muy conocido en el mundo de los ca-ba-llos en España. Aunque su actividad principal -"con la que gano dinero", dice- no son los caballos, sino la promoción inmobiliaria a través de la empresa Grup Fer, su notoriedad le llega por su cuadra, por ser uno de los criadores españoles con más títulos en los concursos que se realizan por la geografía nacional.

Y es que en el mundo del caballo en España, que en los últimos años vive una gran expansión, a pesar de que mueve muchos millones, muchos de los que se dedican a la cría de estos animales lo hacen más por afición que por la rentabilidad.

Según datos de la Asociación Nacional de Criadores de Pura Raza Española, el sector del caballo mueve en España unos 210 millones de euros y da empleo a 12.000 personas.

Sólo la venta directa de estos animales mueve 42 millones de euros, de los que un 28% procede de la exportación. En España hay unas 2.300 cuadras (ganaderías), aunque solamente el 25% tiene más de 30 cabezas de yeguas de vientre, las que se sirven para criar.

Ferrero, por ejemplo, tiene 130 caballos de raza española y raza árabe. "Normalmente los que nos dedicamos a esto perdemos dinero; sólo unos pocos privilegiados pueden ganar dinero", explica mientras no quita ojo de uno de sus ejemplares que participa en el concurso morfológico que se celebró el pasado fin de semana en el Salón del Caballo de Feria Valencia. "Cuando el caballo tiene edad para venderse, te has gastado en él unas 300.000 pesetas [1.803 euros] criándolo y lo normal es que de 25 crías sólo puedas vender una o dos que alcanzan un nivel bueno", señala Ferrero.

Sin embargo, vender no es la actividad preferida de Ferrero. Una muestra: el caballo más caro que ha comprado le ha costado 72.121 euros (12 millones de pesetas) y el más caro que ha vendido apenas 21.035 euros (3,5 millones de pesetas).

¿La explicación? "Si vendes lo mejor que tienes pierdes oportunidad de vencer en los concursos", contesta Ferrero, en cuyo palmarés cuenta con seis premios al mejor ganadero expositor, 13 campeones de raza, 15 subcampeones de raza, 107 medallas de oro y 62 medallas de plata entre otros galardones. Es fácil de imaginar que ofertas por esos campeones sí ha recibido, "y muy altas", confirma.

Francisco Tarazón, presidente de la Asociación de Criadores de Caballos de Pura Raza Española de la Comunidad Valenciana, certifica las palabras de Ferrero y distingue las distintas posibilidades que tiene el sector. "Desde criar el caballo, hasta la doma o los centros hípicos, las posibilidades son muchas, algunas mucho más rentables que otras", explica Tarazón, que también cuenta con una pequeña cuadra.

El presidente de la asociación autonómica cuenta la evolución que en los últimos años ha registrado el sector -"a mayor poder adquisitivo de un país, crecen este tipo de actividades"- y sobre todo el prestigio que está cogiendo el caballo español en todo el mundo. "Hemos conseguido que se empiece a reconocer esta raza en todo el mundo y actualmente se exportan ejemplares a Estados Unidos y a Europa", apunta.

El caballo de pura raza española, que ya compite con los de raza árabe y portuguesa, sirve para doma clásica, doma vaquera, enganche y paseo. æscaron;ltimamente también se está empleando para saltos. Cada ejemplar tiene aptitudes para una modalidad.

"Aunque el caballo se puede vender a los seis o siete meses, tras el destete, lo normal es que se venda a partir de los tres años, cuando ya se le ha preparado para la modalidad que más se adapta a sus modalidades", explica Tarazón.

Andalucía es la comunidad española que, por tradición y por posibilidades estructurales, más cuadras tiene, seguida de la Comunidad Valenciana. Las mayores criadoras están en Andalucía, "donde hay terrenos suficientes para poder disponer de una cabaña importante", explica Tarazón, que cifra en cinco o seis yeguas criadoras la media de las ganaderías que existen en España.

En un certamen como el Salón del Caballo de Valencia se pueden hacer intercambios comerciales por valor de 1,20 millones de euros (200 millones de pesetas), aunque la pasión por ver las evoluciones de los animales va mucho más allá del negocio.

 

Centros de equitación y de pupilaje

Tener un caballo no está al alcance de cualquiera, pero no por el precio del animal, sino por la necesidad de espacio y de cuidados que éste requiere, algo que no es fácil de conseguir.

Por ese motivo, la mayoría de propietarios opta por los centros hípicos, "algo que sí es un negocio", explica Francisco Tarazón. En estos centros, al margen de guardar el animal y cuidarlo, "dejar al animal en pupilaje" cuesta alrededor de 150 euros al mes.

Otra cosa es si además el propietario quiere que se enseñe al caballo alguna de las artes, como las distintas modalidades de doma. Ahí el precio sube notablemente. Pero a medida que ha aumentado el poder adquisitivo en España, ha aumentado el sector, como ha ocurrido con otras opciones de ocio como el golf o las actividades acuáticas.

El de los centros de equitación es uno de los negocios que más rentabilidad tiene dentro del sector de los caballos. Alrededor de este mundo se mueve mu-cha gente y mucho dinero, desde mozos o veterinarios a empresas de piensos.

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