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Pizarro sustituirá a Martín Villa en la presidencia de Endesa

Manuel Pizarro será el nuevo presidente de Endesa, puesto en el que sustituirá a Rodolfo Martín Villa en un plazo no superior a cuatro meses. æpermil;sta será la propuesta que el actual presidente llevará al consejo de administración, en donde no encontrará previsiblemente oposición alguna. Pese a que el cargo tendrá carácter ejecutivo, la gestión de Endesa será llevada básicamente por el equipo gestor. Medios consultados apuestan por la continuidad en ese papel del actual consejero delegado, Rafael Miranda.

El presidente de Endesa, Rodolfo Martín Villa, propondrá al consejo de administración de la eléctrica a Manuel Pizarro como su sustituto en la compañía. El relevo se producirá previsiblemente en abril, mes en el que está proyectada la celebración de la junta de accionistas del líder eléctrico. Pizarro había sido consensuado como presidente de la empresa resultante de la fusión de Endesa e Iberdrola, pero el fracaso de la operación no va a suponer un cambio respecto a la sucesión de Martín Villa. No obstante, en los últimos meses se han producido diversos movimientos tendentes a ampliar la lista de candidatos al cargo de presidente de Endesa. Pero parecen superados y sin éxito por parte de los posibles interesados.

Además, Pizarro es una de las pocas personas que cumplen con las condiciones que establecen los actuales estatutos de Endesa. æpermil;stos fijan que la persona que se nombre presidente lleve al menos tres años como consejero de la compañía. Manuel Pizarro es, asimismo, vicepresidente aunque no ejerce funciones ejecutivas.

Según fuentes consultadas, no es previsible que el consejo rechace la propuesta de Martín Villa. Endesa sólo tiene dos accionistas significativos: La Caixa, con un 5%, aunque no tiene consejeros, y Caja Madrid, con otro 5%, que está representada por su presidente, Miguel Blesa.

Medios consultados señalan que, aunque la presidencia de Pizarro en Endesa será ejecutiva, el nuevo máximo directivo de la eléctrica dejará una parte importante del peso de la dirección en el equipo gestor de la compañía. En esta línea, los mismos medios apuestan por la continuidad. Endesa está siendo gestionada básicamente por su consejero delegado, Rafael Miranda.

Manuel Pizarro, de 50 años, ocupa actualmente la presidencia de Ibercaja y de la Confederación Española de las Cajas de Ahorro (CECA), y es vicepresidente de la Bolsa de Madrid. Previsiblemente podrá compatibilizar esos cargos, que no tienen un carácter altamente ejecutivo, con Endesa. Pizarro cuenta con los apoyos necesarios para ser reelegido presidente de la CECA el próximo marzo.

Y ha sido, en la rumorología política y económica, candidato a diversos altos cargos, entre ellos el Ministerio de Economía.

Aunque Endesa parece haber optado por un perfil bajo en su presencia pública tras la ruptura de su fusión con Iberdrola y más en los últimos meses, el año transcurrido ha sido importante en la trayectoria de la empresa.

El líder eléctrico español optó por perder presencia en el mercado español a cambio de lograr un papel más significativa en Europa. En esa línea creó una empresa básicamente con los activos de la antigua Viesgo para sacar con posterioridad su adjudicación a través de un concurso internacional. El ganador fue la italiana Enel, que también adjudicó a Endesa su filial Elettrogen. Y éste ha sido el gran salto de Endesa en Europa, en donde, por otro lado, ha encontrado problemas para tomar el control de sus participadas en Holanda.

Asimismo, su estrategia internacional se ha basado en este año en la consolidación de su presencia en el holding chileno Enersis, que se ha convertido en el centro de las participaciones latinoamericanas del grupo español. Otro de sus objetivos es crecer en Brasil, donde está a la espera de las privatizaciones que llevará a cabo el Gobierno de ese país.

Año difícil

En España, al igual que otras eléctricas, se ha enfrentado a un año difícil, como se ha mostrado en sus resultados económicos. Los nueve primeros meses del año estuvieron marcados por la crisis de América Latina y su reducción de posiciones en la actividad de generación. Ha sido además un periodo en el que se ha beneficiado por las fuertes plusvalías originadas de la venta de su participada argentina Edenor a Electricité de France.

Endesa también incrementó su deuda, de forma que a septiembre de 2001 ascendía a 24.224 millones de euros.

La diversificación, excepto en la actividad gasista, ha tenido aportaciones negativas a los resultados del grupo. Y aspira como otras empresas de su sector a convertirse en la segunda operadora gasista. En la actualidad ostenta ese puesto, pero Fenosa e Iberdrola parten con fuerza para arrebatárselo a medio plazo. Endesa, en ese área, ha optado prioritariamente por acuerdos con Gas Natural como suministradora de gas para sus centrales de ciclo combinado.

 

2001, el año de las opas, contraopas y cambios accionariales

El ejercicio de 2001 tendrá una página especial en la historia de las empresas eléctricas españolas por las convulsiones sufridas en sus accionariados, los cambios de presidentes y equipos gestores, los intentos fallidos de concentración de sociedades y las ofertas públicas de adquisición (OPA). Y, parece, que el 2002 seguirá la misma tónica en lo que a cambios en la presidencia se refiere. El pasado año las cuatro eléctricas que entonces formaban parte de Unesa se vieron inmersas, de una u otra manera, en alguna de estas situaciones. Cantábrico, la más pequeña, acuñó parte del protagonismo y concentró todas las variables posibles: opa, opa competidora, otra más, cambio de presidente, presidente provisional y modificación del accionariado que ha desembocado en una alianza entre Caja Astur y EDP y con la alemana EnWB. Esta última sociedad, participada por EDF, tuvo primero un papel estelar y después secundario. El final de la historia, en principio, se producirá este año con la confirmación de Manuel Menéndez como presidente.

Endesa e Iberdrola, primera y segunda en el ranking de las sociedades del sector, rompieron en 2001 lo que iba a suponer la creación de una gran compañía eléctrica española con importantes intereses y presencia en diferentes negocios no relacionados con la energía. La fallida operación provocó un cambio en la gestión en Iberdrola, la llegada de Ignacio Sánchez Galán a la eléctrica vasca y de Manuel Pizarro, que será nombrado este año presidente de Endesa tras la jubilación de Rodolfo Martín Villa. Pizarro iba a ser el futuro presidente la sociedad nacida de la fusión de Endesa e Iberdrola.

Y, para rematar el ejercicio, Fenosa, en una maniobra del SCH, su principal accionista, jubilaba a José María Amusátegui y nombraba responsable del consejo de la sociedad a Victoriano Reinoso, hasta entonces vicepresidente.

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