El Gobierno vasco admite que el terrorismo impide cubrir las vacantes de la Ertzaintza
Las vacantes se cubrirán más adelante, por medio de un nuevo concurso que se convocará antes de que los agentes ya seleccionados ingresen el mes que viene en la Academia de Arkaute.
De las 281 plazas ofertadas por la Ertzaintza en la decimoséptima promoción del cuerpo autonómico, 49 han quedado vacantes. El Departamento de Interior del Gobierno vasco considera que la presión y la violencia de ETA no es la causa principal, aunque el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, admitió ayer que es una de las razones. La respuesta a la convocatoria en esta ocasión ha sido de seis personas por cada puesto, un total de 1.785, de los cuales pasaron la primera prueba de conocimientos y actitud 740. La segunda, de carácter físico, la pasaron 549 aspirantes, mientras que la tercera, de actitud, fue superada por 232.
Según la consejería vasca de Interior, el motivo fundamental para que se hayan producido estas vacantes es económico. La situación laboral actual es distinta a la de años atrás, en la que la tasa de paro juvenil rondaba el 55%. El perfil académico de los componentes de la policía vasca es el de una persona que cuenta con estudios de formación profesional.
Las vacantes se cubrirán más adelante, por medio de un nuevo concurso que se convocará antes de que los agentes ya seleccionados ingresen el mes que viene en la Academia de Arkaute.
La violencia contra la Ertzaintza no cesa. Los radicales quemaron el lunes el vehícu-lo particular de un agente de este cuerpo. Pocas horas después, un comunicante anóLnimo reivindicó el ataque en una llamada al diario Gara en la que se relacionó este atentado con la detención de siete personas en Irún cuando practicaban el sábado la violencia callejera. El comunicante advirtió que continuarán las respuestas a las "actuaciones represivas" de la Ertzaintza.
Por otra parte, varios desconocidos atacaron a primera hora de la tarde de ayer una furgoneta de la compañía Telefónica que estaba estacionada en el barrio Egia de San Sebastián y a la que rompieron un cristal para lanzar líquido inflamable en su interior. La acción de los bomberos permitió que los daños fueran escasos, según informó la Ertzaintza a Europa Press.