Izar vende a la SEPI su 27,5% de ITP por 104 millones de euros
Izar, el grupo público de construcción naval, ha encontrado de nuevo en la SEPI el salvavidas financiero para aliviar una cuenta de resultados que no termina de salir a flote. La SEPI, su accionista al 100%, le compró a finales del pasado ejercicio su 27,5% del capital de Industria de Turbo Propulsores (ITP) por 104 millones de euros con el fin de oxigenar su balance. A pesar de esta operación, Izar cerró 2001 con unas pérdidas superiores a los 60 millones de euros.
La compra por parte de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del paquete accionarial de Izar, la sociedad nacida de la integración de Bazán y Astilleros Españoles (AESA), le ha supuesto a la sociedad presidida por José Antonio Casanova una plusvalía cercana a los 94 millones de euros. La adquisición se enmarca en la estrategia de la SEPI de reordenar todas sus participaciones minoritarias para que estén vinculadas directamente de la cabecera del grupo y no de sus filiales.
La operación, en cualquier caso, le ha servido a Izar para endulzar la agria cuenta de resultados en la que las pérdidas, si no se llega a materializar la venta, se hubieran disparado hasta casi los 145 millones de euros. A pesar de todo, los resultados negativos en 2001 superan los 60 millones de euros.
Buena parte de los números rojos de Izar en 2001 se han producido como consecuencia de su acelerada política de saneamiento. Esta estrategia le obligó a poner en marcha un plan de dotaciones para evitar contingencias futuras.
Sólo el capítulo de dotaciones le ha supuesto a Izar un impacto negativo de más de 78,5 millones de euros, según aseguran fuentes del sector. De esta cantidad, 61 millones de euros se dirigieron a asumir deudas que iban a quedar en la cuenta de Astilleros Españoles. Los activos de AESA fueron adquiridos por Izar mientras que una parte de los pasivos, entre ellos los laborales, se quedaron en AESA como sociedad latente.
Izar también dotó con 18 millones de euros otra partida para hacer frente a los litigios que se mantienen con varios armadores por la construcción de buques en las gradas de su división civil. Igualmente, ha incluido una importante cantidad para pagar indemnizaciones por el incumplimiento de los plazos en la fabricación de algunos barcos.
Beneficios en 2004
El plan económico de futuro de Izar, revisado a finales de 2001, sitúa en el año 2004 el horizonte de los beneficios. Pero en este ejercicio los números rojos superarán los 30 millones de euros. En 2003 los resultados negativos bajarán hasta seis millones de euros y en 2004 se logrará un ligero beneficio. Dentro de tres años la facturación ascenderá a 2.103 millones de euros frente a los 1.442 millones de euros de ventas el pasado ejercicio.
Lo que todavía no ha cerrado el grupo Izar es el esquema industrial hasta el año 2005. Las negociaciones para poner en marcha el plan se habían desbloqueado en noviembre pasado entre la SEPI y los sindicatos cuando pactaron un preacuerdo de convenio colectivo. Sin embargo, no se han producido avances y lleva en dique seco más de ocho meses.
Las líneas maestras del plan industrial contienen un aumento considerable de la ocupación de sus instalaciones para que este ejercicio se sitúe en el 90% de su capacidad y que se acerque al 100% en tres años. El objetivo es invertir hasta 2005 más de 330 millones de euros en investigación y desarrollo, rejuvenecer la plantilla y mantener todos sus centros productivos. Paralelamente, pretende reducir sus costes y ofrecer productos y servicios más sofisticados.
Izar, que repara y construye buques civiles y militares en sus 11 centros productivos, cuenta con una plantilla de 11.000 trabajadores y unos fondos propios de 541 millones de euros.
Reordenar las participaciones minoritarias
La SEPI pretende reordenar a lo largo de este año todas sus participaciones minoritarias y esperar los buenos tiempos para iniciar su proceso de desinversión. Entre estas sociedades que pasarán directamente a la tutela de la SEPI están, entre otras, STS y ETM, procedentes de B&W, sociedad esta última adquirida por la alemana Borsig a finales del pasado año.
La compra de la participación de Izar en ITP, que se instrumenta a través de la sociedad Turbo 2000, ha sido el pistoletazo de salida. El precio pagado por el 27,5% en manos de Izar supone valorar en 379 millones de euros a la compañía vasca fabricante de turbinas para motores de avión, tanto en su gama civil como militar. En el capital de ITP participan también la ingeniería vasca Sener y la multinacional británica Rolls Royce. Industria de Turbo Propulsores, con plantas de fabricación y reparación en España (tres), México, Inglaterra y Estados Unidos, tuvo una facturación cercana a 380 millones de euros el pasado año.
Su crecimiento este ejercicio se ralentizará como consecuencia de la crisis que está afectando al sector aeronáutico mundial, tras ver cómo estos últimos años sus ventas se incrementaban del orden del 25% anual.