Solbes prevé una rápida recuperación en Europa aunque no bajen los tipos
Las tres cabezas visibles de la Europa del euro -el comisario Solbes; el presidente del Eurogrupo, Rodrigo Rato, y el presidente del BCE, Wim Duisenberg- apostaron ayer por una rápida recuperación económica en la zona euro en 2002. Independientemente del ritmo -Solbes más optimista que Duisenberg-, coinciden en la neceidad de realizar una segunda oleada de reformas estructurales en los mercados de factores, bienes y servicios; en evitar el activismo financiero con más gasto público, y en aprovechar el éxito de la introducción física del euro para potenciar el crecimiento económico. Además, Duisenberg mantuvo ayer los tipos de interés en el 3,25%, por considerar que están en el nivel adecuado.
Las tres cabezas visibles del euro, flamante moneda que circula ya por los 12 países de la unión monetaria europea, coinciden en que la economía de la zona se recuperará en 2002. El comisario para Asuntos Monetariaos, Pedro Solbes; el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, y el presidente del Eurogrupo y ministro español de Economía, Rodrigo Rato, consideraron ayer en Francfort, tras la reunión del consejo ejecutivo del Banco Central Europeo, que "la economía se recuperará rápidamente, impulsada por la exitosa circulación física del euro y por las reformas estructurales de los próximos meses".
El gobernador, que decidió ayer mantener en el 3,25% los tipos de interés, llegó a decir que la recuperación no será obtaculizada por el actual nivel de tipos de interés, que considera "adecuado para garantizar el crecimiento económico", y pidió a los Gobiernos que eviten "el activismo financiero político para no debilitar el crecimiento y la confianza".
El comisario Pedro Solbes indicó que el crecimiento económico europeo en 2001 sufrió las consecuencias de la desaceleración mundial, pero estimó que "hay más optimismo para 2002". Según sus cálculos, la economía europea comenzará a mejorar ya a comienzos de 2002 y se acelerará más durante el año.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, consideró ayer que el gran reto de la presidencia española de la Unión Europea (UE) es lograr la introducción de reformas estructurales en Europa.
Duisenberg expresó esta opinión al comienzo de la presidencia semestral española de la UE y en presencia del presidente de turno del Ecofin, el titular de Economía, Rodrigo Rato, y del comisario comunitario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes. El banquero reivindicó la implantación de reformas estructurales en los Estados miembros de la unión monetaria que favorezcan el crecimiento económico en el área y la creación de empleo, y confió en que con la introducción de los billetes y monedas de euro aumente la presión por lograr estas "reformas necesarias".
En su rueda de prensa mensual, tras la primera reunión del año del consejo de gobierno del BCE, Duisenberg dijo que "la introducción del euro favorecerá la estabilidad económica y macroeconómica" y que se observa un leve aumento de las reservas internacionales en euros.
Salarios y gasto público
Duisenberg no ve motivos para desarrollar ahora un activismo financiero político, ya que ello, a su vez, "debilitaría la confianza y el crecimiento de la economía".
En este sentido, pidió moderación en las próximas negociaciones salariales y añadió que las partes implicadas en ellas deben considerar que la inflación este año se situará por debajo del 2%, un objetivo fácil si se tiene en cuenta que en noviembre de 2001 los precios subieron un 2,1%.
El economista holandés reiteró que a partir de la segunda mitad de este año se producirá una recuperación del crecimiento económico en la zona euro, si bien no precisó cuándo por la inseguridad que se deriva de la evolución de factores exteriores como es el futuro de la economía estadounidense.
Duisenberg consideró favorable el actual nivel de los tipos de interés en la zona euro, así como las condiciones financieras de los mercados, para lograr un desarrollo económico positivo.
Por otro lado, Duisenberg se mostró muy satisfecho por la buena marcha de la introducción del euro en los 12 países de la unión monetaria, "que ha sido mejor de lo que había previsto e, incluso, esperado", y aseguró que con ella comienza una nueva era en Europa.
El banco emisor también comunicó que mantuvo sin cambios la facilidad marginal de crédito, por la que la entidad presta el dinero, en el 4,25%, y la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, en el 2,25%.
En su primer encuentro del año, dos días después de la puesta en circulación de los billetes y monedas de euro, los 18 miembros del consejo optaron por esperar para abaratar el precio del dinero e incentivar el crecimiento de la economía europea.
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro español de Economía, Rodrigo Rato, pidió hoy a todos los ciudadanos europeos que usen los nuevos billetes y monedas de euro tan pronto como sea posible. Rato indicó que no sólo está el dinero en euros en los cajeros, sino que la gente utiliza esta moneda y las transacciones se hacen igualmente en euros, y opinó que el proceso de retirada de las viejas monedas por una nueva se puede hacer en muy pocas semanas.
El BCE inyectará 20.000 millones a los bancos
El consejo de gobierno del Banco Central Europeo también aprobó ayer inyectar 20.000 millones de euros (3,33 billones de pesetas) en el sistema bancario de la eurozona durante 2002 para cubrir las necesidades de liquidez en las operaciones de refinanciación en el sector financiero.
El presidente del Banco Central Europeo dijo que puede ajustar la cantidad de esta inyección de liquidez durante el año en el caso de que surjan acontecimientos inesperados que precisen de mayor cantidad de dinero.
Los mercados financieros consideran ahora que la autoridad monetaria europea recortará las tasas en el primer trimestre de este año para facilitar el crecimiento económico de los 12 países de la unión monetaria, que se situará cerca del 2%, según el presidente del BCE, Wim Duisenberg.
En 2001, el banco emisor rebajó los tipos cuatro veces, la última en noviembre medio punto, hasta el 3,25%, mientras que la Reserva Federal norteamericana los redujo 11 veces con el fin de reactivar la aletargada economía de Estados Unidos.
La entidad europea cuenta en su haber con una bajada de las presiones inflacionistas, con un índice de encarecimiento de los precios en noviembre del 2,1%, sólo una décima más que el tope del 2% fijado por el Banco Central Europeo, y un euro revalorizado por el éxito de la introducción de los billetes y monedas de euro.
Rato reclama más reformas estructurales como cabeza del Eurogrupo
El ministro español de Economía, Rodrigo Rato, se estrenó ayer como presidente del Eurogrupo, y asistió a la reunión del consejo ejecutivo del Banco Central Europeo. En la conferencia de prensa, en la que estuvo flanqueado por el comisario Solbes y por el presidente del BCE, Duisenberg, abogó por proseguir con las reformas estructurales de los mercados de factores y bienes en toda Europa para facilitar el crecimiento.
Rato apuntó que los Gobiernos son los que tienen que dar respuesta a estos retos y expresó su confianza en que en la reunión de la UE en Barcelona de marzo se pueda avanzar en estos asuntos.
El vicepresidente del Gobierno español resaltó que el euro ya ha hecho su aportación al crecimiento económico europeo desde el punto de vista de la estabilidad y de los tipos de interés, que hoy el BCE mantuvo en el 3,25%, en la primera reunión de su consejo de gobierno este año.
Rato incidió en que el euro, cuya unidad de cálculo fue introducida el 1 de enero de 1999, ha permitido bajar el precio del dinero hasta el nivel actual y tener "una estabilidad desconocida para la mayor parte de nosotros en épocas anteriores".
La aportación del euro
"El euro ha permitido también una reducción de los déficit públicos y rebajar el precio del dinero para todas las familias que piden un crédito o una hipoteca, o para invertir en pequeñas empresas en el caso de industriales o comerciantes", dijo.
Rato señaló que los Gobiernos nacionales tienen dos instrucciones claras: mantener bajos los déficit públicos y, a ser posible, que desaparezcan de aquí a 2004, y segundo, llevar a cabo reformas económicas que fomenten el crecimiento y el empleo.