La UE mantiene las negociaciones con el Mercosur
La Unión Europea mantendrá su calendario de negociaciones con los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) para un acuerdo de libre comercio pese a la crisis que atraviesa Argentina. La UE mantendrá una cumbre en Madrid con los países de América Latina a mediados de mayo y para entonces espera haber avanzado en las negociaciones comerciales con el bloque.
No obstante, las autoridades comunitarias reclamaron al nuevo Gobierno argentino la adopción de un plan "completo, estable y realista que permita la solución de sus graves problemas económicos y sociales", aseguraron en una nota distribuida por la presidencia española.
Pero lo que Bruselas no puede anticipar en estos momentos es el futuro de la unión aduanera. El nuevo ministro de la Producción, José Ignacio Mendiguren, reconoció ayer que hay que declarar "en emergencia" a la industria nacional y prometió medidas para que "lo poco que Argentina consume se produzca acá". Mendiguren, como presidente de la Unión Industrial Argentina, se ha mostrado muy crítico con los subsidios a la producción que aplica Brasil, su principal socio comercial, y la dura competencia que supone la industria brasileña para los productos argentinos.
Con estas declaraciones, ratificadas por el nuevo presidente, Eduardo Duhalde, el actual Gobierno argentino apunta tintes proteccionistas que pueden poner en jaque al propio Mercosur.
Dudas sobre el ALCA
Los expertos sostienen que si el Gobierno de Buenos Aires adopta posiciones más proteccionistas la primera víctima sería, casi con toda seguridad, el Mercosur, pero también, en segundo término, el proceso de integración comercial de todo el continente americano.
Ed Gresser, director de política comercial del Progressive Policy Institute, asegura que las directrices comerciales que adopte el nuevo Gobierno argentino condicionarán el futuro del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). A su juicio, si Argentina aumenta sus barreras comerciales, Brasil (uno de los países más críticos con el proyecto continental) puede verse motivada a moverse con mayor agresividad hacia las conversaciones.
Esto es, precisamente, lo que intentó evitar Estados Unidos (el principal promotor del ALCA) con el último paquete de ayuda financiera que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció a Argentina. Los 8.000 millones de dólares (8.880 millones de euros, 1,5 billones de pesetas) comprometidos el pasado mes de septiembre estaban condicionados a la mayor apertura comercial de la tercera economía latinoamericana, para lo cual Washington y Buenos Aires iniciaron negociaciones al más alto nivel.
Ante las dudas suscitadas en medios políticos y económicos por las medidas del nuevo Gobierno, el recién nombrado ministro de Exteriores, Carlos Ruckauf, insistió ayer que Argentina no adoptará ninguna política que "sorprenda" a los socios del Mercosur, a los que garantizó puntual información de las medidas que adopte el Ejecutivo. Ruckauf anunció que el próximo día 11 se celebrará en Buenos Aires una cumbre de los socios de la unión aduanera.