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PRESIDENCIA EUROPEA

Madrid es escéptica sobre el calendario de ampliación de la UE

El calendario de Niza regala a España el privilegio de pactar con sus socios comunitarios la posición negociadora de la UE en agricultura y política regional (fondos estructurales y de cohesión).

Los 10 países de Europa Central y del Este que aspiran a incorporarse a la Unión en 2004 observan con inquietud la aparente indiferencia del Gobierno español hacia el proceso de ampliación. Tras aparecer como prioridad absoluta durante dos presidencias consecutivas (Suecia y Bélgica), la ampliación se ha convertido con España en un objetivo de segundo o tercer escalón. Desde la Moncloa y el Palacio de Santa Cruz se cultiva desde hace meses, además, la imposibilidad de cumplir bajo mandato español el calendario de negociaciones aprobado por el Consejo Europeo en Niza en diciembre del año 2000.

La excusa de las elecciones legislativas y presidenciales en Francia permite al Gobierno fundamentar su reticencia a cerrar una posición común en temas muy sensibles para España. El calendario de Niza regala a España el privilegio de pactar con sus socios comunitarios la posición negociadora de la UE en agricultura y política regional (fondos estructurales y de cohesión). "El 80% del presupuesto comunitario", se resigna el ministro de Exteriores, Josep Piqué.

La condición de presidente del Consejo impedirá al Gobierno adoptar una actitud beligerante en ambos temas, por lo que puede convenirle que se cierren ya bajo presidencia danesa en el segundo semestre. "Sin cuestionar", se insiste desde Exteriores, "el compromiso de la UE de cerrar la negociación con los países que ya estén preparados en 2002". Como señal de buena voluntad, España quiere abrir todos los capítulos de negociación con Bulgaria y Rumania, los dos países más retrasados en el proceso de adhesión.

La actitud española de remolonear con la ampliación puede costarle al Gobierno un serio enfrentamiento con la Comisión Europea. Y especialmente con su presidente, Romano Prodi, cuyo cuestionado liderazgo sólo busca redención a través del compromiso histórico con la ampliación.

Prodi, a instancias del comisario de Ampliación, el alemán Gunter Verheugen tras el que se adivina la mano de Berlín, desea que 10 países se incorporen a la Unión antes de las elecciones al Parlamento Europeo de 2004. Los privilegiados son Polonia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Malta, Estonia, Chipre, Letonia, Lituania y Eslovaquia, países mencionados ya, incluso en las conclusiones del Consejo Europeo de Laeken.

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