_
_
_
_

Las altas valoraciones de Wall Street y la recesión, enemigas de las Bolsas

Multiplicadores (PER) de entre 30 y 35 veces, según se contabilicen o no los resultados extraordinarios, de las empresas del S&P 500 no son sostenibles en el tiempo y menos en la situación de recesión económica actual. Es más, serían necesarias tasas de crecimiento muy altas, que es lo que apuntan los agitadores más entusiastas, para que las valoraciones de los mercados de acciones estadounidenses se mantuvieran en los niveles de ahora. Y más elevadas todavía, para que los precios de las acciones estuvieran justificados.

Cuentan los analistas, aquellos cuya área de influencia no es anglosajona, que la Reserva Federal, la que tanto advirtió de la exuberancia irracional de los mercados, ha caído, quizá sin pretenderlo, en su propia trampa al dar liquidez a raudales al sistema y sostener, de este modo, unas cotizaciones bursátiles en niveles estratosféricos. Los acontecimientos del 11 de septiembre y la presión psicológica adversa provocada parecen justificar estas actuaciones.

Las Bolsas del mundo han cerrado el año (Estados Unidos es la excepción, porque celebra media jornada el lunes) con los mismos lastres con que lo estrenaron, pero seriamente agravados. El deterioro de los resultados empresariales y la recesión económica han disminuido las valoraciones de las empresas cotizadas.

Los índices principales se han colocado, sin embargo, en los niveles de agosto, como si nada hubiera pasado tras la ola de atentados terroristas en Estados Unidos.

La explicación que dan los expertos a este proceso es que las Bolsas siempre anticipan situaciones económicas y que la apuesta ahora es, lógicamente, que la economía de Estados Unidos se recuperará con fuerza en el primer semestre del año que viene, aunque no existan datos adelantados fiables en esta dirección.

No sólo no han mejorado las incertidumbres, sino que han empeorado. En el caso español, los analistas advierten del impacto negativo que provocará tarde o temprano el caso argentino aunque en los dos últimos días el mercado haya ignorado esta circunstancia, porque no ha existido contagio en la zona.

 

El circo de las recomendaciones

El regulador de Estados Unidos trabaja sin prisa, pero sin pausa, en uno de los asuntos más delicados de la industria bursátil, en el de las recomendaciones que lanzan las firmas del mercado, con la consiguiente publicidad en los medios de comunicación.

Algunos analistas ya han sido cogidos con las manos en la masa, porque eso de las murallas chinas es más un cuento, pura ficción, que una realidad. O lo que es lo mismo, trabajan para los intereses de sus casas de Bolsa.

Este fenómeno es más acusado en el mundo anglosajón, máxime después de la reordenación que se ha producido en este sector en los últimos años, hasta convertir a las viejas firmas de Bolsa en auténticos emporios financieros.

La capacidad de seguimiento, muchas veces propiciada por los gestores de las propias firmas de análisis, ha hecho del capítulo de las recomendaciones todo un circo, aunque el mercado, que siempre es soberano, comienza ya a separar el trigo de la paja, lo objetivo de lo subjetivo.

Muy comentadas han sido en las últimas semanas las recomendaciones de firmas anglosajonas sobre valores españoles de primer orden, como bancos y grupo Telefónica, con precios objetivo por debajo o iguales a los del mercado. Firmas que recomiendan invertir en empresas de EE UU. Muy sospechoso.

Archivado En

_
_