El Ejecutivo aprueba la congelación de la tarifa eléctrica doméstica y la subida de la industrial un 1%
Entre el conjunto de medidas aprobadas ayer por el Gobierno destaca también el real decreto que fija las tarifas eléctricas para el año que viene y por el que la tarifa doméstica queda invariable, mientras que la industrial y comercial aumentará el 1%, por debajo del IPC previsto (2%).
El real decreto establece además una rebaja del 10% en el alquiler de los contadores eléctricos, incluido el coste de inversión, los gastos de operación y el mantenimiento. El texto coincide, básicamente, con la propuesta inicial de Economía, aunque este departamento planteaba una rebaja del 46% en el alquiler de los contadores.
Para los grandes consumidores acogidos a tarifa o con complementos específicos (tarifa horaria de potencia o adscritas a la modalidad de interrumpibilidad) se mantienen sus precios, sin restricciones hasta el año 2007, como el resto de tarifas generales de alta tensión. El ministro portavoz, Pío Cabanillas, destacó que en 2002 el consumidor doméstico pagará en términos nominales casi un 17% menos en su recibo de la luz que en 1996. Cabanillas reiteró que "no hay que ligar tarifas a inversiones en el sector eléctrico", ya que, a su juicio, éstas son las adecuadas. Para el Gobierno, la bajada de precios no sólo beneficia a los consumidores, sino que "ayuda a mejorar la gestión de las eléctricas".
La patronal Unesa, que deseaba una subida generalizada de precios, reconoce que las nuevas tarifas supondrán para las compañías una mínima reducción de sus ingresos, en torno a 14.000 millones de pesetas, y advierte que éstas no son las más adecuadas a la realidad de la industria española, "cuyos márgenes de beneficios vienen siguiendo una trayectoria descendente". La patronal lamenta que aún no exista un marco "objetivo y transparente" que "refleje los costes del sector y un modelo estable en los ingresos".
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios, la congelación de las tarifas domésticas es vista como un mal menor.