El empresariado japonés teme las consecuencias de una rápida caída del yen
La rápida caída del yen no es deseable para las empresas japonesas, declaró ayer el presidente de la patronal Keidanren, después de que el dólar se llegara a cotizar por encima de los 131 yenes, su máximo nivel en tres años.
A última hora del día, el dólar se negociaba en Tokio a 130,70 yenes, frente a los 130,87 del inicio de las negociaciones. Durante la mañana, la tendencia alcista del día anterior continuó, hasta llevar el billete verde a los 131,02 yenes.
Según Takashi Imai, quien es además presidente de la empresa siderúrgica Nippon Steel, el descenso vertiginoso de la divisa nipona indica que Japón "está siendo vendido" y eso "bajará la credibilidad de los bonos del Estado".
No obstante, Imai señaló que la banda de los 130 yenes por billete verde es satisfactoria para Estados Unidos y Japón, y que en ese nivel no hay necesidad de intervención, que suele consistir en compras masivas de una divisa para frenar su descenso.
Desde comienzos de diciembre, el yen ha perdido más de un 5% de su valor contra el dólar estadounidense, un fenómeno apoyado verbalmente por las autoridades monetarias niponas. La depreciación de la divisa estimula las exportaciones de productos japoneses, uno de los motores de la economía nipona. La caída de las ventas al exterior en los últimos meses es una de las causas que ha provocado que la economía japonesa se encuentre en recesión.
Dada la débil coyuntura económica, algunos expertos predicen que en la primera mitad del año próximo el yen se situará respecto al dólar entre los 140 y 150 yenes..