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España, Francia e Italia piden al FMI ayuda para Argentina

La Asamblea Legislativa argentina aceptó ayer la renuncia de Fernando de la Rúa como presidente de la nación y designó al titular del Senado, Ramón Puerta, como presidente interno hasta que las Cámaras nombren hoy a quien dirigirá el país hasta la convocatoria de elecciones generales. Puerta nombró a âscar Lamberto ministro de Economía por un día y ratificó el estado de sitio en las provincias donde se mantienen las revueltas. El Partido Justicialista, con mayoría en las dos Cámaras, ya prepara un plan de urgencia económica que contempla la devaluación del peso no más allá del 30%. Francia e Italia se sumaron a la petición de España de más ayudas por parte del FMI.

Ramón Puerta, un empresario de 51 años con un bajo perfil político, aseguró ayer que permanecerá al frente de la Presidencia interina de la nación un máximo de 48 horas, una vez que la Asamblea Legislativa (el pleno de las dos Cámaras) aceptó la renuncia de Fernando de la Rúa, dos años antes de lo previsto. La sesión se desarrolló en cinco minutos y la Asamblea se vuelve a reunir hoy para elegir un presidente provisional y fijar la convocatoria de elecciones, que se perfila para un periodo de entre 60 o 90 días como máximo.

Aunque se desconoce quién ocupará ese cargo, lo único seguro es que será un integrante del hasta ahora opositor Partido Justicialista, al que pertenece Puerta, pues ostenta la mayoría de ambas Cámaras. Los peronistas (justicialistas) mantenían ayer duras reuniones para definir la sucesión presidencial.

Antes de su marcha, De la Rúa derogó la limitación de los derechos constitucionales contenida en la declaración del estado de sitio. Nada más asumir su nuevo cargo, Puerta ratificó parcialmente esta declaración en las provincias donde se mantienen las revueltas, aunque el país va volviendo paulatinamente a la calma. La derogación del estado de sitio propició que los sindicatos pusieran fin a la huelga general indefinida convocada en la noche del jueves.

En rueda de prensa, el presidente interino añadió que sus primeros "objetivos" son "que se paguen los salarios", atender "de inmediato" con alimentos a los sectores pobres y eliminar las restricciones al uso de dinero en efectivo. Esta última medida mantiene a los sectores financieros en vilo, ante el temor a una fuga masiva de capitales. Por este motivo, Puerta designó al economista y senador peronista âscar Lamberto como ministro de Economía provisional, sin aclarar si el funcionario podrá permanecer en el puesto durante la transición política.

Lamberto presidió entre 1991 y 1999 la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja, cuando era diputado y ha sido uno de los puntos de referencia del pensamiento económico del peronismo. Políticamente, está vinculado al gobernador de la provincia de Santa Fe, el peronista Carlos Reutemann. Antes de su nombramiento, Lamberto informó a Reuters de que ayer aún no había tomada una decisión respecto al pago de los próximos vencimientos de la deuda.

Frialdad desde Washington

Las dificultades que atraviesa Argentina provocaron un llamamiento unánime de sus socios y vecinos del Mercosur, en el que apelaron a la comunidad internacional para que acuda en apoyo urgente de Argentina, algo que desde el punto de vista financiero no parece probable en estos momentos.

De hecho, desde Washington, los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, Canadá y México) urgieron a los políticos argentinos a trabajar unidos para buscar una salida a la actual situación y restaurar "el crecimiento y la prosperidad" sin ninguna mención a nuevas ayudas ni apelaciones a los organismos multilaterales.

La Casa Blanca aseguró que el presidente George Bush sigue con preocupación la situación argentina, pero dejó clara su postura en contra de una intervención financiera al asegurar que la crisis desatada en la tercera economía latinoamericana no contagiará a la región.

 

De la Rúa culpa a los peronistas de provocar su dimisión

El ya ex presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, acusó ayer a la oposición de haberse equivocado al negar su participación en un Gobierno de unidad y forzar así su dimisión. "Creo que el justicialismo cometió un error al precipitar los tiempos y negar el apoyo que con la mayoría parlamentaria podía brindar para la continuidad institucional. Pero de este modo resolvieron ejercer su poder", declaró a la prensa.

De la Rúa, de 64 años, llegó al poder en 1999 al frente de la Alianza, formada por el centrista Partido Radical y el izquierdista Frente País Solidario. A pesar de la tremenda revuelta popular, De la Rúa insistió en que el partido de la oposición forzó su salida. "Precisábamos gobernabilidad, mostrar un país unido. Cuando el justicialismo da los pasos conocidos, mostrando que va a hacer sentir su mayoría en contra y rechaza la exhortación que formulé ayer, pienso que ha llegado el tiempo de irme", dijo.

En relación con los altercados de los últimos días, una juez prohibió ayer al ex presidente que salga del país para investigar la presunta relación de altos funcionarios en la represión policial.

De la Rúa se entrevistó ayer con el ex presidente español Felipe González, quien voló el jueves a Buenos Aires. González se limitó a mencionar que les une "una relación de amistad y de cordialidad".

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