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Los bonos convertibles suplen la sequía de OPV

La banca de inversión ha tenido un premio de consolación en este año de sequía de OPV. Aunque las salidas a Bolsa hayan caído un 53% en el año, según datos de Thomson Financial, las emisiones de bonos convertibles han subido el 60%, hasta llegar a 164.000 millones de dólares (27,3 billones de pesetas). El mal momento de las Bolsas explica esta apetencia por la convertibilidad.

El mal comportamiento de la Bolsa es bueno para las emisiones de bonos convertibles. La falta de apetencia del inversor por renta variable ha movido a las compañías a buscar fórmulas alternativas de financiación. Los bonos convertibles, además, han gozado de una alta demanda, sobre todo por parte de los fondos de inversión de cobertura, también llamados hedge funds. El martes pasado Fiat anunció una emisión de 3.500 millones de euros (582.0000 millones de pesetas) de bonos canjeables por acciones de General Motors.

Según datos de Thomson Financial, las emisiones de bonos convertibles han crecido este año un 60%, hasta alcanzar 164.000 millones de euros (27,3 billones de pesetas). Estados Unidos acapara la mayor parte del mercado mundial de convertibles, aunque Europa crece a buen ritmo. En 2001 las emisiones de convertibles habrán sumado 50.000 millones de euros (6,7 billones de pesetas). En los últimos años este volumen se ha multiplicad por cinco.

Así, la banca de inversión ha captado 3.230 millones de euros (537.000 millones de pesetas) este año, según la agencia Bloomberg. Las comisiones que se cobran por una emisión de convertibles son menores que para las OPV, pero unas cinco veces superiores que en las ventas de bonos ordinarios. Todo un alivio para un sector, el de la banca de inversión, que ha despedido a unos 26.000 empleados este año.

En España el mercado de convertibles está aún por desarrollar. La única emisión de los dos últimos años ha sido la que ha lanzado Iberdrola en bonos canjeables por acciones de Repsol, una operación de 850 millones de euros (141.000 millones de pesetas).

¿Por qué han crecido los convertibles este año? Los emisores prefieren no sacar acciones porque, para tener éxito en la colocación, tendrían que venderlas a precio bajo. Así, optan por una oferta de convertibles, en la que se pagan tipos de interés más bajos que en una emisión de bonos normal y se colocan mejor. Si, llegado el vencimiento, la acción se ha comportado bien, la compañía emitirá acciones, pero a un precio más alto.

Los momentos de mayor volatilidad son mejores para los bonos convertibles, porque significan una inversión segura, pero permiten que, eventualmente, el inversor se beneficie de una subida bursátil.

Lufthansa

Lufthansa encontró demanda la semana pasada para colocar 750 millones de euros (124.789,5 millones de pesetas) en convertibles, después de haber registrado una caída anual del 67,7% hasta el 21 de septiembre y una recuperación posterior del 66%. En septiembre, Lufthansa tuvo que cancelar una emisión de bonos ordinarios.

Estos productos, de todas maneras, no están orientados al inversor particular. Se distribuyen sobre todo entre clientes institucionales. Eso termina siendo una ventaja para los emisores, porque no es necesaria la publicación de un folleto. Los plazos de lanzamiento de la emisión de bonos son mucho más cortos, y se pueden aprovechar mejor las condiciones del mercado. Desde los primeros trámites hasta completar la colocación pueden no transcurrir más de tres o cuatro semanas.

El tipo de inversión que representa un bono convertible se puede adaptar muy bien al perfil de riesgo de un inversor particular. Permite estar expuesto a la subida de una acción pero con la cobertura que da el tener una rentabilidad garantizada, si se da el caso de que la acción baje. Pero muy pocas emisiones están destinadas al público en general, precisamente porque los trámites se complican. Algunas emisiones, no obstante, sí tienen parte minorista. Es el caso de una oferta lanzada por KPN este año o, en España, una de BBV en 1999.

Entre los institucionales, los que más demandan bonos convertibles son los fondos de cobertura o hedge funds. Estos fondos invierten de una manera más arriesgada que los tradicionales y también se dedican al arbitraje. El arbitraje es un estilo de inversión en el que se trata de aprovechar las diferencias de precio no justificadas entre acciones, deuda e instrumentos derivados en momentos concretos.

 

Una fórmula poco conocida en España

Un bono convertible es un bono que puede ser convertido en acciones a un precio determinado y una vez transcurrido un periodo determinado. Es como si llevase incorporado una opción de compra (call) sobre la acción. æpermil;sta puede ser de la propia entidad emisora o de otra empresa cotizada de la que el emisor tiene acciones. Estos últimos son los bonos canjeables.

El precio al que se puede ejercitar la opción suele estar entre un 20% y un 30% por encima del de mercado en el momento de la emisión. Hay muchos tipos de convertibles. Con cupón o sin cupón, con obligatoriedad o no de conversión en acciones, con altas o bajas primas de conversión. Abarcan todo el espectro entre acciones y bonos normales, de modo que unos son muy parecidos a la renta fija y otros, cuyo precio de conversión está cerca de la cotización, son casi renta variable.

Iberdrola ha emitido bonos convertibles en acciones de Repsol por 850 millones de euros. Son de cupón cero, esto es, no ofrecen rentabilidad anual, sino que pagan al vencimiento (tres años) un 105,3% de lo invertido. La opción de compra da derecho a comprar una acción de Repsol YPF por 23,1 euros. Así, por una inversión de 1.000 euros se podrá elegir entre recibir al vencimiento 45,6 acciones de Repsol o 1.053 euros.

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