Martinelli, zapatos de Elche con nombre italiano
Esta empresa familiar nació a mediados de los sesenta en la Comunidad Valenciana. En la actualidad, distribuye sus artículos en países tan lejanos como México, Alemania o China.
Amediados de los años sesenta la familia Martínez Ibáñez comenzó su actividad, en su Elche natal, con una producción artesanal de zapatos. Fabricaban a mano todo tipo de calzado, incluso las tradicionales zapatillas de esparto. Pero a mediados de los años setenta los hermanos Martínez creyeron que había llegado el momento de despuntar y lograr vender sus zapatos fuera de Elche, que ya se había convertido en la mayor productora de calzado del Estado español, tanto para el consumo interno como para la exportación.
La familia se esforzó para realizar importantes inversiones. La intención era pasar de la fabricación artesanal a industrializar la empresa y, por tanto, multiplicar la capacidad de producción.
De esa forma, al tiempo que ganaban competitividad en precios, pudieron dedicarse con más empeño a hacer llegar sus zapatos fuera, a puntos cada vez más lejanos de Alicante.
Sus artículos (que también incluyen complementos de marroquinería, como carteras, bolsos y cinturones), se venden hoy en puntos tan distantes como México, Guatemala, República Dominicana o Venezuela, en América; Portugal, Grecia, Gran Bretaña, Irlanda, Noruega, Ucrania o Turquía, en Europa; Costa de Marfil, en África, y China, Hong Kong y Japón, en Asia.
La marca Martinelli está patentada en 35 países. Y el próximo objetivo de la compañía es la conquista de las zapaterías de los EE UU.
En la década de los ochenta la empresa tuvo uno de sus grandes éxitos con el modelo denominado routier, un zapato espacialmente diseñado para conducir, que con el tiempo se ha convertido en un clásico.
Así, la empresa que nació en el Elche de los años sesenta ha logrado a lo largo de sus más de 30 años de historia situarse entre las líderes del sector, tanto en España como en el mercado internacional, con una producción cercana al millón de pares de zapatos anuales y 600 modelos diferentes cada campaña.
El 10% de su producción se destina a la exportación. Martinelli obtuvo el pasado año una facturación de 4.500 millones de pesetas, de los que el 60% correspondió a la venta de zapatos de caballero. Mantiene su fábrica en Elche, cuya comarca está especialmente volcada en el sector del calzado.
De hecho, según datos de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), el 62% de los trabajadores que en España están empleados en la fabricación de zapatos corresponde a la Comunidad Valenciana (unos 30.000 empleados).
En 2000 existían en España 2.794 empresas fabricantes de calzado que empleaban a 47.000 trabajadores.
Un alemán fue el culpable de la denominación
El nombre Martinelli dicen que surgió por culpa de un alemán. En los primeros años de la empresa, un vendedor alemán se dirigía al fundador de la empresa, Martín Martínez, como señor Martinelli. No consiguieron sacarle del error y el nombre se popularizó rápidamente entre los integrantes de la familia. Tanto, que en 1972 decidieron registrar el nombre como marca patentada. Hoy la denominación de la empresa está registrada en 35 países.
Martinelli ha sabido adaptarse a los tiempos. No sólo fue uno de los primeros fabricantes en industrializar un sector tradicionalmente artesanal. También aprovechó las ventajas de la exportación y, en la actualidad, las proporcionadas por Internet. La empresa acaba de poner en marcha en su página web (www.martinelli.com) una solución para que sus clientes realicen pedidos, reposiciones y consultas a través de la Red. La página contiene los artículos junto a su número de referencia y una ficha que incluye tipo de piel y colores disponibles.