El BCE espera un 1,7% de crecimiento como máximo el año próximo
El Banco Central Europeo ha rebajado las previsiones de crecimiento económico para la zona euro para los años 2002 y 2003, y estima ahora que la horquilla de crecimiento del PIB oscilará entre un 0,7% y un 1,7% en 2002.
Para el ejercicio siguiente establece una horquilla de crecimiento del 2% al 3%, cercano al crecimiento potencial alcanzado en el pasado ciclo. Admite, por contra, que el tercer trimestre de 2001 se ha cerrado con crecimiento cercano a cero, y que el cuarto no será mejor.
En cuanto al comportamiento de los precios estima que en 2002 estarán por debajo del 2%, que el nivel que el BCE considera estabilidad de la inflación. En concreto maneja una horquilla del 1,1% al 2,1% para la inflación en 2002 y una horquilla del 0,9% al 2,1% para 2003. De confirmarse tales expectativas, podría mantener una política monetaria relajada, pero no tipos inferiores a los actuales, en todo caso, ya que considera que los actuales son los indicados para "mantener la estabilidad de la inflación en el medio plazo".
Llama la atención sobre el fuerte crecimiento de la masa monetaria en manos del público en los últimos meses, pero lo imputa a los acontecimientos del 11 de septiembre en Estados Unidos y a la incertidumbre que han generado en la población; sin embargo, le resta importancia estructural como para dañar la inflación.
Respecto a la evolución del crecimiento, estima que se recuperará pronto la demanda interna, ya que "los fundamentos económicos de la zona son sólidos y no hay desequilibrios que requieran ajustes prolongados; además, los tipos son bajos y unido a la caída de los precios del petróleo y de la inflación, dan mayor margen a las rentas reales para el consumo".
Reformar los mercados
Estas proyecciones se enmarcan, como en ocasiones anteriores, en el bien entendido de la existencia de moderación de los salarios en los países de la zona.
El BCE pide a los Gobiernos que prosigan con las reformas estructurales adecuadas en los mercados de bienes, servicios y factores, para elevar el crecimiento potencial de la zona. Pide también reformas en la estructura del gasto público para permitir futuras reducciones de impuestos y atender al envejecimiento de la población.
Más déficit tras ocho años
Debido a la desaceleración de la actividad y de ingresos públicos, la insuficiente contención del gasto y la repercusión importante de los recortes impositivos en algunos países, "cabe esperar que en 2001 los saldos presupuestarios del conjunto de la zona euro experimenten un deterioro por vez primera desde 1993".
La autoridad monetaria de la zona recomienda que para los países que aún no han llegado al déficit cero no debe la actual etapa de desaceleración permitir una relajación en la ejecución de sus planes de estabilidad; mientras tanto, permite a quienes están en equilibrio, o cercano a él, así como a los que tienen superávit, que dejen funcionar los estabilizadores.
No obstante, recuerda que "no hay lugar para el activismo presupuestario, dada la ineficacia que ha demostrado en el pasado y los riesgos que suponen los desequilibrios en las finanzas públicas".