El PP acusa a Zapatero de romper el consenso sobre política exterior
El Gobierno ha convertido el viaje que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, efectuará la semana que viene a Marruecos en una especie de afrenta, hasta el punto de que desde el PP se culpó ayer al primer partido de la oposición de romper el consenso sobre política exterior.
Zapatero aún no tenía cerrada ayer la agenda del viaje que efectuará a Rabat el próximo miércoles, aunque tiene claro que será recibido por el rey Mohamed VI y que el resto de los contactos serán "al máximo nivel". El líder del PSOE desveló ayer que ha informado de su desplazamiento al Ministerio de Asuntos Exteriores y que la secretaria de Relaciones Internacionales de su partido, Trinidad Jiménez, mantuvo una entrevista personal en Marruecos con el embajador español, Fernando Arias Salgado, en la que le informó de los objetivos que Zapatero se ha marcado en esta visita.
Todos estos extremos fueron negados ayer por el ministro de Exteriores, Josep Piqué, quien todavía a estas alturas no ha explicado las razones de fondo que llevan al Gobierno a oponerse al viaje. Exteriores negó, incluso, tener "constancia oficial" de que Zapatero vaya a desplazarse a Marruecos, viaje que, insistió, está desaconsejado por el Gobierno. El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Luis de Grandes, fue ayer más allá al advertir a Zapatero de que con esta iniciativa "rompe la tradición de consenso en política exterior". De Grandes emplazó al PSOE a que "reflexione" sobre la oportunidad de este desplazamiento e incluso llegó a mostrar su esperanza "en que el líder de la oposición no pueda ser vejado si hace un viaje estéril".
Marruecos decidió llamar a consultas a su embajador en España el pasado 28 de octubre. Desde entonces, las relaciones entre las autoridades de los dos países se han vuelto gélidas, sobre todo después de la reciente visita efectuada a Rabat por el presidente francés Jacques Chirac. En Exteriores se opina que el Gobierno francés es el que más provecho está sacando del bache por el que atraviesan las relaciones hispano-marroquíes.
Zapatero negó ayer que vaya acudir a Rabat en calidad de "mediador", como quiere hacer ver el Gobierno en tono acusador, y rebaja sus pretensiones a un humilde intento de que mejoren las relaciones entre los dos países. Nada que ver, reiteró el dirigente socialista, con las acusaciones de "deslealtad" que le han dirigido desde el PP, partido al que no permitirá que "manipule" su viaje. Trinidad Jiménez agregó que el Gobierno debería "agradecer" a Zapatero la iniciativa.
Los viajes de Aznar
Para dejar en evidencia las críticas que el Gobierno dirige a Zapatero, el PSOE aireó ayer algunos desplazamientos de Aznar al extranjero antes de ganar las elecciones de 1996, en los cuales intentó dejar en mal lugar al Ejecutivo entonces presidido por Felipe González.
Aznar viajó a Marruecos en marzo de 1994 y alegó como motivo del desplazamiento la necesidad de "dar un nuevo impulso en términos de diálogo político, económico y cultural" a la cooperación bilateral entre los dos países. El Gobierno socialista no discutió su visita.
Ese mismo año, el entonces líder de la oposición se desplazó a Londres, donde describió así la situación en España ante inversores británicos: "[Tenemos] un Gobierno minoritario que tiene que hacer frente a una crisis económica grave... Un Gobierno que se apoya en un partido dividido". En plena City londinense, Aznar definía la coyuntura española a partir de "una acusada caída de la actividad productiva, una intensa destrucción de empleo y una fuerte destrucción del tejido industrial".