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INTERNACIONAL

Los milicianos de Al Qaeda en Tora Bora aceptan rendirse

La rendición de los combatientes de la red terrorista Al Qaeda es un hecho, según los guerrilleros muyahidín. Los intensos bombardeos estadounidenses y los ataques de las tribus antitalibán prácticamente han destruido la red de cuevas de Tora Bora, refugio de la milicia terrorista. Mientras, en EE UU el fiscal general, John Ashcroft, publicó el nombre del primer acusado formal de los atentados del 11 de septiembre.

El comandante muyahidín Hayi Mohamed Zaman informó ayer de que había mantenido "conversaciones" con las fuerzas de Al Qaeda para negociar su rendición. Los combatientes de la red terrorista solicitaron un plazo de tres días, pero les fue denegado. El ultimátum de las tribus del sur expiraba esta misma madrugada y todas las fuentes apuntan a que la milicia terrorista no está en condiciones de oponer mucha resistencia.

La aviación estadounidense cortó ayer con un fuerte bombardeo el intento de retirada de un grupo de militantes que trataba de abandonar Afganistán a través de las colinas que limitan con Pakistán. El Gobierno de Islamabad también ha ordenado el despliegue de entre 8.000 y 9.000 hombres en la frontera para evitar que fuerzas talibanes o de Al Qaeda intenten entrar en Pakistán.

Los guerreros antitalibán afirman que los militantes de Al Qaeda se encuentran arrinconados en las montañas de Melaua y que hoy comenzarán a bajar de sus búnker en pequeños grupos. "No tienen otra alternativa", sentenció ayer Zaman.

Por otra parte, la resistencia talibán aún no ha desaparecido del todo. Un grupo de integristas permanece desde ayer atrincherado en un hospital de Kandahar y todavía hay combates aislados en otras localidades cercanas.

El portavoz estadounidense para la coalición antiterrorista, Kenton Keith, optó ayer por la prudencia: "Aún no podemos declarar oficialmente que toda la región de Tora Bora está bajo control. La guerra en Afganistán aún no ha terminado". Además todavía persisten dos objetivos: la captura del líder espiritual de los talibanes, el mulá Mohamed Omar, y de Bin Laden, al que la Casa Blanca apunta como el responsable de los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Nada se sabe del paradero de Bin Laden, aunque los muyahidín aseguran haberle visto esta semana escalando con sus soldados en busca de un refugio seguro en las montañas de Tora Bora. EE UU cree que Bin Laden y el mulá Omar siguen en Afganistán.

Brahimi llega a Kabul

El enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, llegó ayer a Kabul con el objetivo de negociar una transición suave en el Gobierno de Afganistán.

Brahimi se entrevistará también con el presidente Burhanuddin Rabbani, que el próximo 22 de diciembre tendrá que ceder el poder al mandatario designado la semana pasada en la Conferencia interafgana de Bonn, el pro americano Hamid Karzai.

Por otro lado, el fiscal Ashcroft informó ayer de la acusación de terrorismo contra el francés de origen marroquí Zacarias Moussaoui, detenido el pasado 16 de agosto en Minessota. El ciudadano francés se convirtió así en la primera persona formalmente acusada de estar implicada en los hechos.

Moussaoui, acusado de conspiración terrorista, entre otros cargos, puede ser condenado a muerte. El acusado comparecerá ante la justicia el próximo 2 de enero.

 

El mundo rinde homenaje a las víctimas del 11-S

Estados Unidos se despertó ayer con un triste recordatorio: se cumplían tres meses de los atentados del 11 de septiembre, cuando los ataques perpetrados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, en Washington, dejaron 3.278 muertos. El presidente del país, George Bush, y su esposa, Laura, rindieron homenaje a las víctimas desde la Casa Blanca, donde a las 8.46 horas (hora en la que el primer avión chocó contra una de las torres) comenzó a interpretarse el himno nacional. En la llamada zona cero (en la foto), donde se encuentran las ruinas del World Trade Center, los bomberos de Nueva York recordaron el momento en silencio. El 11-S fue rememorado en más de 80 países. En España, el presidente, José María Aznar, lo homenajeó junto al nuevo embajador de EE UU, George Argyros.

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