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La UE agotará los plazos de negociación para aprobar la euroorden

Silvio Berlusconi continúa siendo el último obstáculo para la adopción de una euroorden de detención y entrega que evite, en el caso de 34 delitos muy graves, los largos procesos de extradición entre Estados miembros de la Unión Europea. El acuerdo a 14 alcanzado el pasado jueves sigue en el aire tras la negativa del primer ministro italiano a dar el visto bueno a una iniciativa que permitirá a los jueces cursar órdenes de detención en todo el territorio comunitario.

El pasado 21 de septiembre, los Quince se impusieron el día 7 de diciembre como plazo máximo para pactar el texto, pero los titulares de Justicia e Interior no pudieron superar ese día el bloqueo italiano. La definición común de terrorismo pactada por los ministros el día antes pierde gran parte de su utilidad sin la creación de un espacio judicial común.

El expediente amenaza ahora con agriar la cumbre que los primeros ministros de la UE celebrarán los próximos días 14 y 15 en Laeken, un barrio al norte de Bruselas. El primer ministro belga y presidente en turno de la UE, Guy Verhofstadt, quiere rematar ese encuentro con una ambiciosa declaración que encauce el debate sobre el futuro político de la Unión dentro de unos parámetros federalistas. Pero la euroorden puede frustrar sus intenciones.

En la habitual ronda de capitales previa a todas las cumbres europeas, Verhofstadt se entrevistará mañana en Roma con Berlusconi. Pero en el Palazzo Chigi, sede del Gobierno italiano, se espera con muchas reticencias a una presidencia a la que se acusa de prejuicios hacia Forza Italia y el resto de partidos de la coalición que preside Berlusconi.

Blanqueo de dinero

Después del 11 de septiembre, el ministro belga de Asuntos Exteriores, Louis Michel, concedió a Berlusconi, durante un programa de televisión, la misma valoración política que a los talibanes. El suspenso de Michel obligó a Verhofstadt a pedir disculpas ante Roma.

El comisario europeo de Asuntos Jurídicos, António Vitorino, mantenía el viernes la "esperanza de llegar a una solución el día 15 en Laeken".

Italia desea reducir la lista de 34 delitos para los que no hará falta doble incriminación, para excluir crímenes relacionados con el blanqueo de dinero o el fraude.

Berlusconi entorpece así una de las mayores ambiciones del Gobierno español, a pesar de que José María Aznar fue un elemento clave para que el Partido Popular Europeo reconociese a Forza Italia como un partido conservador convencional.

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