La UE se ha ahorrado 4,5 billones del presupuesto agrario desde 1984
Bruselas deja de gastar cada año del presupuesto agrario algo más de 2.000 millones de euros como media, porque algunos proyectos previstos no se ejecutan debido a varios motivos. De las partidas correspondientes a sectores muy sensibles como frutas y hortalizas, aceite o vino, la UE ahorró por esta causa desde 1988, un 11%, un 7% y un 19%, respectivamente.
La respuesta preferida de Bruselas a las demandas económicas de los agricultores comunitarios es "no hay presupuesto". Pues bien: según datos recopilados por el eurodiputado de Izquierda Unida y portavoz de Agricultura de su grupo parlamentario, Salvador Jové, tanto del Diario Oficial de la Comisión como de los informes financieros del Feoga (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria) esta contundente afirmación de la Comisión Europea no es del todo cierta.
En ocasiones porque los proyectos no se ejecutan dentro de sus plazos, o porque otros proyectos requieren cofinanciación de los Estados miembros y éstos no la aprueban. En otras ocasiones, como ocurre con los fondos destinados al desarrollo rural, la cofinanciación ha de hacerse con empresas privadas que no manifiestan interés en los programas; otras veces porque la normativa para la percepción de las ayudas es tan rígida que los propios agricultores no solicitan las subvenciones dada la dificultad que entraña cumplir los requisitos.
Otras veces el ahorro de estos fondos es culpa de las alteraciones de mercado; por ejemplo, la paridad euro-dólar obliga a subvencionar las exportaciones agrarias comunitarias cuando los productos europeos incrementan sus precios impelidos por el incremento de las paridades monetarias. El caso es que las instituciones de la Unión Europea dejan de gastar una media de 300.000 millones de pesetas (casi 2.000 millones de euros) cada año del presupuesto consignado, lo que suma unos 4,5 billones desde 1984.
Subsectores
Según las fuentes citadas antes, del capítulo destinado a dinamizar uno de los subsectores que menos dinero recibe de Bruselas como son las frutas y hortalizas, entre 1988 y 2000, la Comisión se ha ahorrado un 11%. Igualmente, de la partida destinada a ayudar a los productos del sector vitivinícola, Bruselas dejó de financiar estos años un 19% de los proyectos; de las partidas destinadas a nivelar la renta de los productores de aceituna y aceite de oliva, la Comisión retrajo un 7%; de las ayudas a los cultivadores de tabaco, el ahorro durante el periodo citado fue de un 3%; por último, de las cantidades destinadas al sector lácteo, otra producción muy penalizada, Bruselas se ahorró un 4%.
La Comisión también devolvió a los Estados por ausencia de gasto un 3% de la partida para cultivos herbáceos, un 4% de la del azúcar, un 4% de las ayudas para las producciones vegetales o un 10% de las animales.
Sólo suben las partidas de sectores afectados por crisis
Este ahorro del presupuesto agroalimentario de la UE no ha afectado a todos los sectores. Es más, algunas de las partidas de las cuentas comunitarias se han visto incrementadas. æpermil;ste ha sido el caso del capítulo destinado a sufragar la renta de los ganaderos afectados por las sucesivas crisis que experimentaron sus cabañas, que sufrieron la fiebre aftosa, las dioxinas, la peste porcina o el mal de las vacas locas.
Pero a pesar de ello, Bruselas continuó ahorrando dinero. Por ejemplo, durante los años 2000 y 2001, que fueron en los que más arreció la crisis generada por la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), la Unión Europea dejó de gastar 989 millones de euros y 2000 millones de euros, respectivamente, aunque de este último año no existen todavía cifras definitivas y la cantidad apuntada es todavía un avance.
La UE se ha ahorrado 4,5 billones del presupuesto agrario desde 1984
Agricultura: En frutas, hortalizas, aceite y vino
José Carlos Blanco Madrid
Bruselas deja de gastar cada año del presupuesto agrario algo más de 2.000 millones de euros como media, porque algunos proyectos previstos no se ejecutan debido a varios motivos. De las partidas correspondientes a sectores muy sensibles como frutas y hortalizas, aceite o vino, la UE ahorró por esta causa desde 1988, un 11%, un 7% y un 19%, respectivamente.
La respuesta preferida de Bruselas a las demandas económicas de los agricultores comunitarios es "no hay presupuesto". Pues bien: según datos recopilados por el eurodiputado de Izquierda Unida y portavoz de Agricultura de su grupo parlamentario, Salvador Jové, tanto del Diario Oficial de la Comisión como de los informes financieros del Feoga (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agraria) esta contundente afirmación de la Comisión Europea no es del todo cierta.
En ocasiones porque los proyectos no se ejecutan dentro de sus plazos, o porque otros proyectos requieren cofinanciación de los Estados miembros y éstos no la aprueban. En otras ocasiones, como ocurre con los fondos destinados al desarrollo rural, la cofinanciación ha de hacerse con empresas privadas que no manifiestan interés en los programas; otras veces porque la normativa para la percepción de las ayudas es tan rígida que los propios agricultores no solicitan las subvenciones dada la dificultad que entraña cumplir los requisitos.
Otras veces el ahorro de estos fondos es culpa de las alteraciones de mercado; por ejemplo, la paridad euro-dólar obliga a subvencionar las exportaciones agrarias comunitarias cuando los productos europeos incrementan sus precios impelidos por el incremento de las paridades monetarias. El caso es que las instituciones de la Unión Europea dejan de gastar una media de 300.000 millones de pesetas (casi 2.000 millones de euros) cada año del presupuesto consignado, lo que suma unos 4,5 billones desde 1984.
Subsectores
Según las fuentes citadas antes, del capítulo destinado a dinamizar uno de los subsectores que menos dinero recibe de Bruselas como son las frutas y hortalizas, entre 1988 y 2000, la Comisión se ha ahorrado un 11%. Igualmente, de la partida destinada a ayudar a los productos del sector vitivinícola, Bruselas dejó de financiar estos años un 19% de los proyectos; de las partidas destinadas a nivelar la renta de los productores de aceituna y aceite de oliva, la Comisión retrajo un 7%; de las ayudas a los cultivadores de tabaco, el ahorro durante el periodo citado fue de un 3%; por último, de las cantidades destinadas al sector lácteo, otra producción muy penalizada, Bruselas se ahorró un 4%.
La Comisión también devolvió a los Estados por ausencia de gasto un 3% de la partida para cultivos herbáceos, un 4% de la del azúcar, un 4% de las ayudas para las producciones vegetales o un 10% de las animales.
Sólo suben las partidas de sectores afectados por crisis
Este ahorro del presupuesto agroalimentario de la UE no ha afectado a todos los sectores. Es más, algunas de las partidas de las cuentas comunitarias se han visto incrementadas. æpermil;ste ha sido el caso del capítulo destinado a sufragar la renta de los ganaderos afectados por las sucesivas crisis que experimentaron sus cabañas, que sufrieron la fiebre aftosa, las dioxinas, la peste porcina o el mal de las vacas locas.
Pero a pesar de ello, Bruselas continuó ahorrando dinero. Por ejemplo, durante los años 2000 y 2001, que fueron en los que más arreció la crisis generada por la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), la Unión Europea dejó de gastar 989 millones de euros y 2000 millones de euros, respectivamente, aunque de este último año no existen todavía cifras definitivas y la cantidad apuntada es todavía un avance.