La japonesa Aoki suspende pagos con un pasivo de medio billón
La constructora japonesa Aoki presentó ayer expediente de quiebra con unas deudas de 372.100 millones de yenes (3.360 millones de euros, 560.000 millones de pesetas), convirtiéndose así en la segunda mayor empresa no financiera que solicita este año la protección judicial frente a sus acreedores. Aoki sólo ha sido superada hasta ahora por la cadena de supermercados Mycal, que suspendió pagos en septiembre con un pasivo de 1,54 billones de yenes (13.688 millones de euros).
Las dificultades de la constructora, cuyas acciones cayeron en picado los últimos días, hasta un yen en la jornada de ayer, se remontan a los años ochenta por sus arriesgadas inversiones en proyectos inmobiliarios, cuyo valor se desplomó al reventar a comienzos de los noventa la burbuja de ese sector.
Según los analistas, la quiebra de Aoki tendrá significativas consecuencias en los 29 bancos japoneses que en 1999 condonaron 204.900 millones de yenes (1.652 millones de dólares, 310.575 millones de pesetas) de créditos concedidos a cambio de un estricto programa de reorganización para la rehabilitación de la compañía. Esos bancos, entre los que se encuentran el Mitsui y el Industrial Bank (IBJ), permitieron a Aoki retrasar 20 años la devolución de otros créditos valorados en 885 millones de dólares (166.300 millones de pesetas).
El juzgado de Tokio aceptó el expediente bajo la reciente ley para rehabilitar las empresas bajo vigilancia judicial y se cree que centrará su actuación en separar sus negocios de construcción y hoteleros.
La quiebra se produce tras las presiones que la Agencia gubernamental de Servicios Financieros (ASF) ha hecho sobre la banca para que liquide en menos de tres años el elevado número de créditos impagados, un problema que es considerado el principal obstáculo para la recuperación económica del país.
Bajo tales circunstancias, la banca ha tenido que reclasificar el riesgo de sus empresas clientes y finalizar la concesión de créditos a aquellas corporaciones que no están en condiciones de hacer frente a sus obligaciones.
En el año 1988 Aoki adquirió la cadena hotelera Westin por 180.000 millones de yenes (unos 1.451 millones de dólares, 273.000 millones de pesetas), parte de la cual se vio obligada a vender después. Se lanzó, asimismo, a desarrollar y gestionar campos de golf, uno de los deportes sociales favoritos del hombre de negocios japonés.