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La UE rechaza la concesión de más ayudas públicas a los astilleros

La Unión Europea ratificó ayer su negativa a seguir sosteniendo con fondos públicos los astilleros europeos, unos subsidios a los que puso fin el 31 de diciembre de 2000. La Comisión Europea defendió hasta ayer un régimen temporal de ayudas como condición sine qua non para denunciar a Corea del Sur ante la OMC por supuesta competencia desleal. Pero la decisión de ayer del Consejo de Ministros de Industria no ofrece dudas: ni ayudas ni denuncia.

La Unión Europea, a instancias del comisario de Competencia, Mario Monti, canceló el año pasado todas las ayudas públicas a los astilleros, que hasta entonces proporcionaban subsidios de hasta un 9% a los contratos superiores a 10 millones de euros, y del 4,5% a los inferiores a esa cantidad. Entre 1990 y 1998, según los datos de la Comisión, las arcas públicas de los Estados miembros destinaron 5.600 millones de euros a un sector con dificultades para resistir la competitividad de Corea del Sur. El país asiático capta ya el 70% de los pedidos mundiales, mientras que la cuota de mercado de los astilleros europeos no ha cesado de caer y se sitúa ya en el 8%.

La Comisión proponía ahora un mecanismo de ayuda de hasta el 14% del valor de los nuevos contratos, pero sólo para algunos tramos de la actividad (barcos contenedores y tanques químicos). Bruselas excluía del programa de apoyo a los constructores de tanques para gas metano, los únicos que han aumentado su competitividad en el transcurso del año 2001.

Francia consideró inaceptable esta discriminación y su posición concedió la mayoría a los contrarios a renovar las ayudas públicas al sector. Dinamarca (país con una importante presencia en la construcción naval), Finlandia, Suecia y Reino Unido eran los principales adversarios del plan de la Comisión.

El comisario de Comercio, Pascal Lamy, había condicionado su sempiterno proyecto de denunciar a Corea ante la OMC al respaldo de los ministros a las ayudas temporales. Hace unos meses, en cambio, el departamento comunitario de Competencia consideraba imprescindible la denuncia para autorizar nuevas ayudas de Estado.

La ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, defendió "con vehemencia", según sus propias palabras, la renovación de ayudas al sector naval.

"España ha hecho todos los esfuerzos necesarios", subrayó al finalizar el Consejo de Ministros de Industria de la UE. La ministra asegura que "nuestros astilleros van a ser cada vez más competitivos" y anunció la continuidad de programas de apoyo a la investigación y el desarrollo con cargo a la hacienda pública. La Comisión Europea, según ha recordado Monti, tolera este tipo de ayudas pero exige su notificación y autorización caso por caso.

España pondera la posibilidad de retomar el expediente durante su presidencia semestral de la UE (que se inicia el próximo 1 de enero). Pero no es costumbre que los países que presiden el Consejo adopten una posición beligerante en los debates.

El siguiente turno presidencial corresponde a Dinamarca, país que es probable que ni siquiera incluya en su agenda unas ayudas contra las que ha luchado más de un año.

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