Moscú acuerda con las petroleras bajar su oferta 150.000 barriles al día
El Gobierno ruso y las petroleras llegaron ayer a un acuerdo para reducir las exportaciones de petróleo por un volumen de 150.000 barriles diarios. El acuerdo entrará en vigor el 1 de enero próximo y equivale al 5,4% de las exportaciones rusas.
En el mercado la noticia se recibió con indiferencia, ya que los operadores ponen en duda el cumplimiento de los recortes. Rusia había prometido primero una reducción de 50.000 barriles. Con todo, el acuerdo ruso impulsó la cotización. El precio del barril de brent, el crudo de referencia en Europa, bajó ligeramente y se situó en 19,22 dólares.
Con una expectativa en el horizonte de una reducción de la producción mundial de aproximadamente dos millones de barriles diarios en enero, la crisis de la demanda impide que los precios se disparen. El precio del barril de brent es un 30% más bajo que el año pasado en estas fechas.
El primer ministro ruso, Mijail Kasianov, afirmó que el acuerdo permitirá mantener el barril entre 20 y 25 dólares, un precio adecuado a las previsiones presupuestarias del Gobierno. El petróleo representa el 33% de los ingresos por exportaciones de Rusia. Aunque el 68% de la producción está en manos de compañías privadas, la Administración controla los oleoductos que transportan el producto. "Cumpliremos el acuerdo y controlaremos las exportaciones", aseguró Kasianov.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que produce el 40% del petróleo mundial, rechazó el pasado 14 de noviembre un recorte de su producción de 1,5 millones de barriles diarios hasta que sus rivales en el negocio colaborasen retirando del mercado 500.000 barriles diarios con el objetivo de apuntalar los precios.
La clave del desafío del cartel está en Rusia, el segundo exportador mundial, sólo por detrás de Arabia Saudí. Las petroleras privadas rusas eran reticentes a reducir el ritmo de extracción porque la mayoría tienen proyectadas inversiones para abrir nuevos pozos. Además, el hecho de que los gastos de explotación se paguen en rublos y los ingresos de la venta se reciban en dólares permite un buen margen de beneficios, aun con el petróleo a la baja.
Pero el Ejecutivo de Moscú no ha pasado por alto las amenazas veladas de la OPEP de inundar el mercado de petróleo e ir a una guerra de precios que llevaría la cotización del crudo a menos de los 10 dólares por barril. Si el crudo llegase a ese nivel de 10-12 dólares, Rusia dejaría de crecer entre uno y dos puntos porcentuales, según afirmó ayer el Ministerio de Economía. El Gobierno no puede permitirse una crisis de ese calibre.