OHL fusiona Inima con Cida para desarrollar el área de medio ambiente
OHL ha decidido agrupar todo el negocio medioambiental en su filial Inima, que se convierte en su única cabecera para esta actividad. Previamente, ha comprado a Sufi el 30% del capital que todavía no controlaba en Inima por cerca de 1.800 millones de pesetas. El proceso de racionalización se completa con la fusión de Inima y Cida Hidroquímica y la aportación a la primera de otras participadas, como Aymasa, y varios activos. La nueva empresa prevé ventas de 15.000 millones de pesetas en 2001.
El grupo OHL ha decidido racionalizar todas las actividades medioambientales que desarrollaba a través de distintas filiales mediante su integración en una única sociedad, Inima, que ofrecerá servicios que abarcan desde la consultoría medioambiental al proyecto, construcción y explotación de plantas de depuración de agua, desalinización e instalaciones de tratamiento de residuos sólidos. El proceso de reestructuración se ha iniciado con la compra del 30% del capital de Inima que todavía no controlaba OHL y que estaba en manos de Sufi. La constructora que preside Juan Miguel Villar Mir ha pagado cerca de 1.800 millones de pesetas (10,82 millones de euros) para hacerse con ese paquete.
Ahora, OHL ha procedido a fusionar Inima con Cida Hidroquímica, una empresa especializada desde hace más de 40 años en el tratamiento de agua que cuenta con tecnología propia en este campo.
Tras la fusión con Cida, la nueva Inima ha asumido la participación del 60% que OHL controla en Aymasa, una sociedad que opera en Castilla y León tanto en residuos como en tratamiento de aguas, según explica el director general de Inima, Francisco Martín Morales.
Asimismo, la constructora traspasa a Inima las plantas de secado de fangos del Besós en Barcelona y de Butarque en Madrid, la planta de residuos sólidos de Miramundo (Cádiz) y otros activos.
La nueva sociedad nace con unos recursos propios de 7.000 millones y participaciones financieras en sociedades y concesiones por 4.200 millones. Uno de los objetivos de la fusión es ganar tamaño para desarrollar el negocio de la explotación de obras medioambientales.
Antes de la fusión las ventas de Inima ascendían a 7.000 millones (42 millones de euros), con un beneficio bruto del 3%.