La violencia socava los esfuerzos de la misión de paz en Oriente Próximo
La misión de paz estadounidense en Oriente Próximo no ha logrado frenar lo más mínimo la constante violencia que sufre la región y que desde septiembre del pasado año se ha cobrado al menos 918 muertes. Washington fuerza los encuentros para fijar un calendario de negociaciones y lograr un acuerdo de paz, que cada día parece más lejano.
Los constantes enfrentamientos entre israelíes y palestinos se saldaron ayer con, al menos, seis nuevas víctimas mortales. Por la noche, tres israelíes murieron cuando un palestino, que también falleció, detonó una potente carga explosiva en un autobús en una localidad del norte de Israel. La explosión causó además seis heridos. Se cree que al menos parte de las víctimas eran soldados. El atentado ha sido reivindicado por una facción radical de Al Fatah.
Por la mañana, soldados israelíes mataron a dos palestinos en un puesto de seguridad de Cisjordania, cuando las tropas dispararon contra un camión que trató de eludir un control de seguridad.
El ejército israelí informó, posteriormente, que en el poblado palestino de Baqaa al-Sharqiya, en Cisjordania, cerca de la frontera con Israel, varios palestinos armados hirieron a dos israelíes, uno de los cuales murió horas después.
Este panorama representa un serio desafío para la misión del enviado estadounidense, Anthony Zinni, que pese a los encuentros que ha mantenido esta semana con el líder palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro israelí, Ariel Sharon, no ha logrado detener la espiral de violencia que alcanza ya 14 meses de duración. En este tiempo han muerto 726 palestinos y 192 israelíes.
Tras los atentados del pasado 11 de septiembre, EE UU ha vuelto a implicarse en el proceso de paz de Oriente Próximo. Pese a la tibieza inicial de la Administración Bush, Washington ha vuelto a rescatar el objetivo de establecer un calendario de negociaciones y avances para poner fin a esta espiral de violencia. Los palestinos se sintieron decepcionados cuando el secretario de Estado, Colin Powell, evitó toda referencia a este calendario durante su intervención ante la ONU.
Los israelíes, sin embargo, consideraban que la decisión estadounidense resultaba, así, más realista. La marcha atrás de EE UU coincide, en esta ocasión, con el viaje de Sharon a Washington, donde se prevé que plantee sus propuestas de paz al presidente George Bush.
Israel insiste en que cualquier plan de tregua debe estar precedido por siete días de ausencia total de violencia, una condición que Arafat rechaza.
A partir de ahí, Sharon muestra su disposición a reconocer un futuro Estado palestino, pero con tantos condicionantes y limitaciones que su viabilidad parece poco probable.
Estados Unidos insiste, también con condiciones pero menos, en el establecimiento de un Estado palestino, una propuesta rescatada al hilo del apoyo árabe que necesita para la ofensiva internacional que lidera contra el terrorismo. "Al final [israelíes y palestinos] llegarán a una solución en la que habrá un Estado palestino, pero debe ser un Estado acordado y tiene que ser un Estado palestino desmilitarizado", dijo Zinni.
Mientras tanto, el asesor de Powell, William Burns, prosigue sus entrevistas con los líderes de la región, donde ayer se reunión con el presidente egipcio, Hosni Mubarak. Hoy se entrevistará con el rey de Jordania.