Francia mantiene su fortaleza pese a la desaceleración global
La economía francesa tuvo ayer un respiro. El Instituto Nacional de Estadística del país vecino anunció que el PIB creció en el tercer trimestre del año un 0,5%, frente al 0,3% previsto. El dato respalda las estimaciones macroeconómicas del Ejecutivo francés, que prevé cerrar el año con un crecimiento del 2,1%.
El producto interior bruto (PIB) de Francia aumentó un 0,5% en el tercer trimestre del año, frente al 0,3% previsto inicialmente, debido sobre todo al consumo de los particulares, según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística del país galo.
El INE francés ha tenido, sin embargo, que revisar a la baja el crecimiento del PIB en el segundo trimestre en una décima (de 0,3% a 0,2%).
De esta forma, el crecimiento para 2001 se sitúa en el 2,1%, porcentaje que se corresponde con la última previsión del Ejecutivo francés, y que eleva una décima la estimación para el año en curso del Fondo Monetario Internacional. Francia, al igual que Estados Unidos y Alemania, ha criticado al FMI por su excesivo pesimismo, este año y el que viene.
El Gobierno de Jospin considera que el paquete de medidas fiscales y subsidios para estimular el crecimiento, que recoge el Presupuesto del próximo año, permitirá que el PIB doble ese ejercicio la previsión del 1,3% fijada por el FMI.
Volviendo a la contabilidad nacional francesa, los datos trimestrales divulgados ayer demuestran que el consumo privado en Francia mantiene su dinamismo frente a la contracción de la inversión empresarial. Aunque esta apreciación hay que ponerla en cuarentena tras conocerse el comportamiento de este indicador en el mes de octubre. Según Estadística, en el tercer trimestre el consumo de los particulares se aceleró sensiblemente y su tasa de crecimiento se elevó al 1,2%, frente al 0,3% del segundo trimestre, con lo que contribuyó en 0,7 puntos al crecimiento del PIB. En octubre, y en tasa mensual, el consumo disminuyó un 0,4%.
En el tercer trimestre, la aportación de la inversión fue prácticamente nula. La de las empresas bajó ligeramente (un 0,2% frente al repunte del 0,1 % del segundo trimestre) y la de los particulares se estabilizó en el 0,1% tras la fuerte caída del 1,3% registrada en el trimestre precedente.
Las exportaciones y las importaciones disminuyeron un 1,5% y el comercio exterior tuvo una contribución nula en la evolución del PIB en el tercer trimestre. Al margen de la construcción aeronáutica y naval, donde se registró un fuerte aumento de las exportaciones de aviones y barcos, las exportaciones y las importaciones contribuyeron negativamente (-0,3%) en el tercer trimestre. También fue negativa la aportación de las variaciones de stocks (-0,4 puntos), frente al 0,2% del trimestre precedente.
Por otro lado, el déficit por cuenta corriente en la eurozona en septiembre bajó hasta los 1.300 millones de euros, comparado con un déficit de 3.400 millones en el mismo mes de 2000, comunicó ayer el BCE.
En los primeros nueve meses de este año, el déficit acumulado por cuenta corriente fue de 23.100 millones de euros, por debajo de los 49.000 millones de euros del mismo periodo del año pasado.
El BCE apuesta por la estabilidad presupuestaria
El Banco Central Europeo (BCE) apuesta por mantener el equilibrio fiscal a rajatabla. El presidente de la autoridad monetaria, Wim Duisenberg, descartó ayer la posibilidad de que se modifique el Pacto de Estabilidad Presupuestaria para impulsar el crecimiento en la zona euro en caso de que la recuperación de la economía se retrase más de lo previsto.
Desde Madrid, el economista jefe del BCE, Otmar Issing, insistió ayer en que sólo serán permitidos algunos déficit, de carácter transitorio, y en Estados miembros que ya se encuentren en equilibrio presupuestario o próximo a él.
Issing propuso seguir manteniendo el calendario de reformas estructurales como mejor receta para sortear la gran incertidumbre que se vive en estos momentos. Entre ellas, destacó la necesidad de una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo y una mayor movilidad geográfica laboral.
También abogó por favorecer el acceso de la vivienda en algunos países como España y fomentar la armonización impositiva.