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El beneficio de las cajas de ahorros está casi estancado

Las cajas de ahorros han obtenido en los nueve primeros meses del año un beneficio bruto consolidado de 669.147 millones de pesetas (4.021,6 millones de euros), prácticamente lo mismo que un año antes. Las cajas achacan este estancamiento a las fuertes provisiones para insolvencia, ya que tan sólo el fondo estadístico les ha restado 109.000 millones en nueve meses y 208.046 millones desde julio de 2000.

Las cajas de ahorros cerraron los nueve primeros meses del año con un beneficio consolidado de 539.453 millones de pesetas (3.242,1 millones de euros), con un crecimiento del 4,9% sobre igual fecha del año anterior. Una vez descontados los minoritarios, el beneficio atribuido pasa a ser de 501.758 millones, el 4,3% más.

De la cuenta de resultados destacan las fuertes aportaciones que han realizado a provisiones para insolvencias, partida a la que han destinado 166.611 millones de pesetas, el 75,5% más que un año antes. Este capítulo es uno de los principales al que las cajas achacan sus menores crecimientos del beneficio en general, y que a nivel particular ha provocado caídas significativas de los resultados.

Dotación para insolvencias

No en vano, según datos de la CECA, las cajas han destinado al fondo de cobertura estadístico para insolvencias (Foncei) 208.046 millones de pesetas (1.250,3 millones de euros) desde su entrada en vigor el 1 de julio del pasado año. Esta cifra pasa a ser de 109.000 millones (655,1 millones de euros) si sólo se recogen las aportaciones al Foncei de enero a septiembre de este año y de 36.272 millones (218 millones de euros) sólo en el tercer trimestre.

A dotaciones genéricas han destinado 43.800 millones de pesetas en los nueve primeros meses del año.

Las cajas destacan que estas fuertes dotaciones para insolvencias se producen en un momento en que la morosidad del conjunto de estas entidades está a tasas del 0,67%, uno de los niveles más bajos en la historia de las cajas. Y recuerdan que la cobertura de estos activos dudosos se eleva al 208,4% (en los bancos llega al 231%, según la AEB).

Estas fuertes dotaciones han sido las causantes, según los datos de las cajas, de que el beneficio bruto consolidado (en el que se incluyen sus filiales y participaciones) ascienda a 669.147 millones de pesetas (4.021,6 millones de euros), sólo 1.188 millones de pesetas más que un año antes. Ha sido la caída en un 15,7% de los impuestos lo que les ha permitido aumentar el beneficio consolidado un 4,9%.

Este estancamiento del beneficio se produce a pesar del buen comportamiento del negocio, que aunque muestra síntomas de ralentización sigue creciendo por encima del de los bancos. Una muestra de esta positiva marcha del negocio está en el crecimiento del margen de intermediación, que mejora el 13%. En estos nueve meses, y sobre todo en el tercer trimestre, las cajas han sufrido las consecuencias de la caída de la Bolsa, razón por la que pidieron al Banco de España que las plusvalías latentes de su cartera de renta variable a corto plazo pudiera compensar las minusvalías, petición que la autoridad supervisora denegó.

Es en la partida de saneamiento de inmovilizaciones financieras donde se recogen las dotaciones que han realizado estas entidades por las minusvalías en su cartera de valores, aunque en ella también existen otros conceptos. De cualquier forma, se puede apreciar un deterioro de esta partida, que ha pasado de sumar 1.944 millones de pesetas a septiembre del pasado año a restar 1.892 millones ahora, lo que supone una diferencia en detrimento de la cuenta de resultados de casi 4.000 millones de pesetas. Otra partida que también está influida por la caída de la Bolsa es la denominada otros productos ordinarios -comisiones y resultados por operaciones financieras-, que ha descendido un 9,5%.

De cualquier forma, su apuesta por entrar en el capital de las empresas les ha proporcionado 130.763 millones de pesetas (785,9 millones de euros), un 25,3% más, por puesta en equivalencia.

Otra partida que les ha permitido crecer en beneficios ha sido la de extraordinarios -cajón de sastre donde se puede encontrar desde las plusvalías realizadas por la venta de participaciones hasta la recuperación de fondos genéricos creados en años anteriores-. Estos extraordinarios han aportado 12.058 millones, frente a los 1.985 millones de un año antes.

Balance

El balance medio de las cajas de ahorros superaba al finalizar el mes de septiembre los 75,6 billones de pesetas, un 12,4% más, muy por encima del crecimiento nominal de la economía. Y es que a pesar de la desaceleración de la demanda, las cajas han mantenido hasta ahora vigorosos ritmos de aumento tanto del crédito como de los recursos de clientes. Así, la tasa de crecimiento de la inversión crediticia se cifró hasta septiembre en un 14,2%, con un saldo global de 45,7 billones de pesetas. Consideradas sólo las matrices, este aumento fue del 16,1%, la tasa más baja de un año que arrancó con subidas del 21%.

En cuanto a los recursos ajenos, crecieron entre enero y septiembre un 12,5%, hasta los 56 billones. En este capítulo destaca el crecimiento de los depósitos de ahorro, que llega a los 44,2 billones, con un aumento del 12,3%, de los que los depósitos a plazo suben el 19%, hasta los 22,6 billones.

 

Las entidades de depósito ganan un 6,2% más

El contexto de desaceleración económica, la crisis de los mercados bursátiles y el fuerte aumento de las provisiones para insolvencias, sobre todo destinadas al fondo anticíclico, lastraron en los nueve primeros meses los resultados del conjunto de las entidades.

Bancos, cajas y cooperativas obtuvieron un beneficio de 1,349 billones de pesetas, frente a 1,232 billones que ganaron en el mismo periodo del año anterior. Eso implica un crecimiento del 9,4%, inferior al registrado el pasado año. Estas son cifras de grupos consolidados, tanto en el caso de los bancos como en el de las cajas de ahorros.

Si el análisis se centra únicamente en la actividad en España -con los datos de las matrices de los bancos, que excluyen el negocio latinoamericano, y los consolidados de las cajas, centradas en el negocio doméstico, aunque incorporen filiales y participaciones-, la desaceleración del beneficio es aún más patente.

Con este criterio, las ganancias se cifran en 1,199 billones de pesetas hasta septiembre de 2001, frente a 1,129 billones en septiembre de 2000, con una tasa de incremento de sólo el 6,2%, muy inferior a la de ejercicios anteriores. En la comparación de márgenes, y también si consideramos únicamente el negocio doméstico de los bancos, las cajas salen mejor paradas. El de intermediación sube un 12,9%, frente al 9,7% en los bancos; el ordinario, un 6,8%, frente a un 2%; y el de explotación, un 5,5%, frente a la caída del 2,4% de sus competidores.

Bancos, cajas y cooperativas han notado también la desaceleración económica en el balance, con un frenazo tanto en la concesión de créditos como en la captación de depósitos. La desaceleración empezó antes en los bancos, cuya tasa de crecimiento del crédito fue del 6,7% hasta septiembre, menos de la mitad que en las cajas de ahorros.

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