El mercado sitúa a Alemania y Francia al borde de la recesión
Alemania hará hoy públicos los datos del PIB correspondientes al tercer trimestre y mañana lo hará Francia. Los analistas estiman que las dos principales economías europeas habrán mantenido el crecimiento en terreno positivo hasta septiembre, pero las perspectivas para la última parte del año son bastante más negativas.
Las previsiones del mercado apuntan un escuálido crecimiento del 0,1% del PIB alemán en el tercer trimestre respecto al periodo anterior, lo que mantendría la tasa de crecimiento anual en el 0,6%, lejos del poco ambicioso 0,75% previsto por el Gobierno. Los analistas basan sus cálculos en un ligero aumento de los inventarios de las empresas, después de seis meses de caídas, y una desaceleración del ritmo de caída de la inversión empresarial.
En el caso de Francia, las perspectivas son algo más positivas, pero poco, con un incremento trimestral del PIB del 0,5% entre julio y septiembre y una tasa interanual del 2%, frente al 2,3% registrado en el segundo trimestre del año.
Sin embargo, lo peor parece por llegar, ya que las perspectivas para el último trimestre no resultan alentadoras. La fuerte caída del índice de confianza empresarial en Alemania, conocido ayer, augura que el PIB caerá en terreno negativo a finales del ejercicio, dado que históricamente ambos indicadores corren paralelos.
Los analistas advierten, además, que el deterioro de la situación alemana pone en riesgo los datos del crecimiento de la eurozona para el final del año, dado el colapso en la confianza de consumidores y empresas y el impacto psicológico de la inminente puesta en circulación de la moneda única.
El euro puede recuperarse
Precisamente, la caída en la cotización del euro frente al dólar refleja la desconfianza de los inversores hacia la economía europea. A diferencia de EE UU, las previsiones de los organismos e instituciones internacionales apuntan a que Europa logrará eludir la recesión, pero será EE UU la que, pese a todo, lidere la reactivación a finales del próximo ejercicio mientras que la zona euro mantendrá un crecimiento modesto.
Los datos de coyuntura conocidos en Europa en los últimos días apoyan estas perspectivas, lo que ha llevado la cotización del euro a 0,877 centavos de dólar.
La cara positiva de esta depreciación de la moneda única pasa por las exportaciones, un elemento decisivo para la economía alemana. La pérdida de valor del euro frente al dólar favorece las ventas de productos de Alemania al exterior.
Pero sólo en teoría, porque ya en el segundo trimestre la aportación del sector exterior al PIB fue del -0,1%. Además, varios analistas sostienen que la divisa europea puede estar entrando en una fase de recuperación, que acentuaría esta tendencia.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene, en un reciente informe, que la depreciación del euro, prácticamente ininterrumpida desde su lanzamiento en 1999, tiene su origen en la fuerte subida de las Bolsas de valores (con mayor importancia en EE UU que en la zona euro) y el ajuste de carteras por la entrada en la unión monetaria.
Según los analistas, ambos factores parecen haber tocado a su fin, lo que deja el camino abierto en el futuro para una recuperación del euro. Otros, como el Citibank, también añaden, como factor relevante para avanzar en esta dirección, el anuncio de las autoridades chinas de que incrementarán sus reservas en euros en un 10%, lo que empujará al alza a la divisa europea. En este caso, el repunte del euro podría hacer peligrar el crecimiento de la región.
El impacto de la introducción del euro
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte que la introducción tendrá un negativo impacto fiscal, aunque pequeño, sobre los tesoros nacionales, "ya que una parte sustancial de las monedas en circulación no será devuelta a las autoridades monetarias".
En su último informe sobre perspectivas económicas, la OCDE analiza el impacto macroeconómico de la puesta en circulación del euro y destaca el coste del transporte y del almacenamiento de los nuevos billetes y monedas, como una carga presupuestaria añadida tanto para Gobiernos como empresas.
Asimismo, considera que los consumidores anticiparán gastos a finales de año para evitar el caos que se prevé para los primeros días de enero, que el redondeo provocado por el uso de céntimos provocará un aumento de la inflación en la zona en la primera mitad del año, aunque se reducirá la cantidad de dinero en circulación, y que del éxito o el fracaso de la introducción dependerá la cotización al alza o a la baja, respectivamente, de la divisa europea.