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La crisis obliga a Merrill y ABN Amro a desinvertir

El banco estadounidense de negocios Merrill Lynch tiene previsto cerrar sus oficinas de servicios de banca personal para clientes ricos en Edimburgo (Escocia) y Manchester y Leeds (Inglaterra), dentro de su plan para reducir costes, según informa Reuters de fuentes bancarias.

Estos cierres forman parte de la política del banco, que se dispone a acometer la mayor reestructuración global de su historia bajo la dirección del recién llegado nuevo presidente, Stan-ley O'Neal.

Merrill Lynch fue el único banco estadounidense con oficinas abiertas en Manchester, Leeds y Newcastle. También las tiene en Dublín, la capital irlandesa.

En medio de este clima de deterioro de los ingresos, agravado por los atentados del 11 de septiembre, el banco está desprendiéndose de parte de la plantilla a pasos agigantados. Así, recientemente ofreció la baja voluntaria a 65.900 empleados.

Sin embargo, la mayor parte de los trabajadores desea quedarse en la entidad financiera y sólo el 4% se ha sumado a este proceso. Por ello, el banco está eliminando cerca del 15% de los trabajadores de cada una de las unidades. La última en ser afectada por esta medida fue la de banca de inversión, que da empleo a unas 3.000 personas. Hasta la fecha, Merrill ha eliminado aproximadamente el 9% de su masa laboral en Europa, Oriente Próximo y África, según datos de la agencia Reuters.

El beneficio de Merrill Lynch cayó un 52% en el tercer trimestre del año, hasta totalizar 422 millones de dólares (77.226 millones de pesetas, 464,1 millones de euros). Los resultados se resintieron del desplome de la unidad de banca de inversión y del bajo volumen de negocio en intermediación bursátil.

Otra entidad que se ha lanzado a desinvertir ha sido el primer banco holandés, ABN Amro. Después de presentar dos resultados trimestrales negativos (en septiembre el beneficio cayó un 7,2% hasta 464.500 millones de pesetas, 2.792 millones de euros), la institución planea vender partes del negocio no centrales, como la unidad de leasing (arrendamiento financiero).

La entidad desmintió ayer que vaya a desprenderse de esta división. No obstante, los analistas y expertos desconfían de estas palabras de los portavoces del banco y estiman que la venta de estos activos es una mera cuestión de "tiempo o dinero".

ABN Amro ha recortado un 15% las previsiones de beneficio que anunció a principios del presente ejercicio. Esto supone un recorte de 382.680 millones de pesetas (2,3 millones de euros) respecto a las estimaciones iniciales.

Los mercados han acogido con relativo optimismo la posible venta de la unidad de leasing y, mientras, los títulos subieron un 1,92%, hasta 19,15 euros.

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