Bruselas cree que el impacto en el sector será suave
El comisario europeo de Empresas, Erkki Liikanen, presentó ayer su primera valoración sobre el impacto de los atentados del 11 de septiembre en el sector turístico europeo. Aunque la Comisión Europea considera todavía prematuro realizar un cálculo sobre las consecuencias a medio plazo, el Ejecutivo ya señala que el efecto será inapreciable tanto en España como en Portugal.
Las señales sobre la evolución del sector, sin embargo, siguen siendo confusas, según destacó ayer el comisario. La crisis parece que castigará a los grandes operadores, con drásticas caídas en las reservas de viajes en grupo o de paquetes turísticos.
Pero al mismo tiempo, señala la Comisión en su informe, se espera que los destinos costeros en el sur de Europa se beneficien del recelo de los europeos a viajar de vacaciones hasta lugares muy distantes. Las tres cuartas partes de los desplazamientos de los europeos se producen ya dentro de las fronteras comunitarias.
El castigo más severo lo soportarán los países como Reino Unido o Irlanda, con fuerte dependencia de las visitas procedentes de EE UU. La llegada de turistas desde el otro lado del Atlántico, Japón y Oriente Próximo ha caído ya un 30%. La CE reconoce, además, que "se han cancelado un gran número de conferencias y de viajes de empresas".
La parte del sector que atiende a los "viajes de negocios (...) se ha visto seriamente dañada", advierte Bruselas. También ha sido muy duro el impacto en los servicios de cruceros por el Mediterráneo.