La OPEP no logra frenar la caída del crudo pese al recorte de su oferta
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reconoció ayer su derrota en la lucha por defender el precio del crudo. "No podemos controlar el mercado", sentenció el ministro kuwaití de petróleo. El cartel no hará ningún movimiento más si no es apoyado por productores. La situación provocó ayer una caída del 9,9% en la cotización del barril de brent, que quedó 18,75 dólares.
La OPEP, que produce el 40% del petróleo mundial, controla el 60% del comercio internacional de crudo y acumula el 70% de las reservas probadas de petróleo, es incapaz de frenar la caída libre de la cotización.
El cartel se reunió ayer en Viena para aprobar el cuarto recorte de producción en lo que va de año. El recorte será de 1,5 millones de barriles diarios (un 6,5% de su producción), dejando la cuota del grupo en 21,7 millones de barriles, el nivel más bajo desde la guerra del Golfo (1991).
Sin embargo, si ya los anteriores recortes de la OPEP no han tenido credibilidad entre los expertos, es improbable que la nueva reducción se haga realidad algún día. El recorte entrará en vigor el 1 de enero próximo, pero sólo si antes Rusia y otros grandes productores ajenos al cartel se comprometen a una sustanciosa reducción que, en palabras del poderoso ministro saudí Ali al-Naimi, debería ser de 500.000 barriles diarios.
La cotización del petróleo está en caída libre y ha vuelto a niveles de agosto de 1999. El barril de brent, principal indicador europeo y mundial, perdió ayer más de dos dólares, hasta situarse en 18,75 dólares. La caída, del 9,9%, es la segunda más fuerte del año, después de que los precios se derrumbasen un 13% el 24 de septiembre. La razón de la crisis del mercado petrolero está en la conjunción del colapso de la demanda y el sobreabastecimiento del mercado.
La debilidad de la demanda
La Agencia Internacional de Energía (AIE) cifra en 76 millones de barriles diarios la demanda, lo que supone un incremento de 100.000 barriles respecto al año pasado. Este es el ritmo de aumento más lento desde 1984. Además, todo el crecimiento se produjo ya en el primer semestre del año, en el tercer trimestre la demanda cayó a un ritmo de 750.000 barriles diarios.
Las previsiones más optimistas apuntan a una recuperación de la demanda sólo a partir del segundo semestre de 2002. La crisis económica internacional se traduce en una fuerte reducción de la producción y el consumo, con su lógica repercusión en la demanda energética. Por si esto fuera poco, los atentados suicidas del 11 de septiembre, ejecutados con aviones comerciales secuestrados, han dado de lleno en la línea de flotación de un sector clave en el consumo energético.
Estos factores han favorecido un importante acopio de inventarios en el área OCDE, donde se concentra el consumo. Las reservas de la región crecieron en septiembre 1,18 millones de barriles, hasta los 2.600 millones de barriles. El nivel se sitúa así en la parte alta de la media de los últimos cinco años, lo que reduce las necesidades de acudir al mercado en busca de crudo, presionando a la baja el precio.
A todo esto, se une un claro sobreabastecimiento del mercado, provocado por los altos precios de los dos últimos años. De hecho, la media de 2001 todavía está en 25,7 dólares, la cotización del barril ha caído casi un 30% desde los atentados del 11 de septiembre. La fortaleza de los precios ha animado a los países de la OPEP, muy dependientes de estos ingresos, a incumplir sus cuotas y a los socios ajenos a reabrir pozos que antes se consideraban ruinosos.
Son estos grandes productores ajenos al cartel los que tienen ahora la llave del precio. Todos los ojos están puestos en Rusia, que es quien tiene más margen de maniobra. La presión del cartel ha permitido compromisos de última hora por parte de aliados tradicionales, como la propia Rusia, México y Omán. El presidente de turno del cartel, el argelino Chakib Khelil, asegura que ha logrado el compromiso entre los productores no OPEP de una reducción de 250.000 barriles diarios.
Pero las buenas palabras están lejos de hacerse realidad. Sólo Rusia ha materializado sus promesas en una insuficiente reducción de 30.000 barriles diarios. La realidad está en contra de la OPEP. Las exportaciones rusas han crecido este año a un ritmo de más 370.000 barriles diarios. Noruega, el tercer exportador del mundo, con un volumen superior a los tres millones de barriles diarios, ha negado tres veces en una semana que vaya a hacer ningún cambio en sus contingentes de exportación o producción.
La propia OPEP ha incumplido sistemáticamente sus cuotas de producción. Según el último informe del secretariado, la producción media de octubre fue de 24,05 millones de barriles diarios, unos 850.000 barriles por encima del objetivo establecido.
Los Gobiernos de los 10 países de la OPEP que participan en el sistema de cuotas (la producción iraquí está controlada por la ONU) se encuentran atrapados entre las presiones de Occidente, que basa gran parte de su recuperación económica en unos bajos precios energéticos, y la inestabilidad que genera la caída de los ingresos petroleros.