Cavallo insiste en lograr un acuerdo con las provincias dirigidas por la oposición
Cuatro provincias en manos del peronismo podrían acordar un pacto fiscal con el Gobierno del presidente Fernando de la Rúa. No obstante, continúa la incertidumbre sobre si será posible evitar la suspensión de pagos en Argentina. Un dirigente sindical pide elecciones anticipadas.
La dimisión de la ministra de Seguridad Social, Patricia Bullrich, se ha producido justo en el momento en que el presidente argentino necesita como nunca la unidad de su gabinete de ministros.
La decisión de Bullrich, que hasta hace pocas semanas se desempeñaba como titular de Trabajo, alegró ayer a los dirigentes sindicales peronistas y puso en evidencia las peleas intestinas del Gobierno por el control de los fondos de ayuda social. Un elemento central en la proyección política de cualquier ministro en una fase caracterizada por el aumento irrefrenable de la pobreza.
Mientras tanto, el jefe de gabinete, Chrystian Colombo, dijo que los gobernadores de cuatro provincias pequeñas bajo control de la oposición peronista podrían firmar un acuerdo fiscal con el Gobierno nacional.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció ayer que lanzará una operación para reestructurar las deudas de las provincias con los bancos por 17.200 millones de euros. El objetivo es reducir el coste financiero que afrontan los Gobiernos provinciales y, de esa manera, hacer viable el nuevo pacto fiscal con las 14 provincias gobernadas por la oposición. Ese pacto es clave para cumplir con el déficit cero y para mostrar un frente interno controlado que le permita al Gobierno llevar adelante su plan de reestructuración voluntaria de la deuda pública con sus acreedores locales y extranjeros.
Ayer, un funcionario del Tesoro de EE UU dijo que el plan de Argentina es un esfuerzo "muy prometedor". Fuentes del Palacio de Hacienda argentino dijeron que Cavallo se reuniría el próximo viernes con el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, al margen de las reuniones que celebrarán en Ottawa, Canadá, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Grupo de los 20.
Reunión del G-20
Al respecto, un funcionario de alto rango del Gobierno canadiense admitió que en ese encuentro se debatirá sobre la situación argentina. Pero dejó en claro que no es probable que de allí surjan nuevos paquetes de ayuda para el país, que lucha por evitar una suspensión de pagos de su deuda pública de 145.000 millones de euros.
"Los argentinos han tomado el siguiente paso. Creo que el proceso debe desarrollarse un poco más, para que la gente entienda lo que está pasando y cuáles son los obstáculos potenciales que podrían existir", dijo. Tal vez un mensaje dirigido a los acreedores externos y, sobre todo, a los gobernadores provinciales peronistas para que lleguen a un acuerdo con el Gobierno de De la Rúa.
Argentina anunció hace casi dos semanas que se plantea un canje de los títulos de la deuda que rinden un promedio del 11% anual, por otros nuevos a un tipo del 7%. La única manera, a juicio del Gobierno y de la oposición, de buscar una salida para que el país salga de la profunda recesión que vive desde hace 38 meses. Cavallo asistirá a la reunión de Ottawa, acompañado por su secretario de Finanzas y hombre estrechamente ligado a la banca internacional, Daniel Marx, y por el presidente del Banco Central, Roque Maccarone.
Mientras tanto, el índice de riesgo país se encontraba ayer en 2.505 puntos básicos, un leve repunte respecto al lunes, y con negocios bursátiles prácticamente nulos. La economía se encuentra en un estado de parálisis que hace temer estallidos sociales en algunas provincias. De hecho, la semana pasada, dos de ellas suspendieron pagos y reclaman fondos al Estado nacional.