Prodi propone un código de conducta en la política presupuestaria de los Quince
Prodi sugirió que el código debería definir los principios de la política económica de los Estados miembros y los criterios para la utilización de los diversos instrumentos de la misma.
Dentro de 12 meses, en noviembre de 2002, la Comisión Europea anunciará el nombre de los países candidatos al ingreso en la Unión Europea que han concluido las negociaciones y pueden participar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo (junio de 2004).
Así lo indicó ayer el presidente del Ejecutivo comunitario, Romano Prodi, en un discurso ante el Colegio de Europa, en la ciudad belga de Brujas. El presidente pidió también la creación de un código de conducta sobre política presupuestaria que complemente el Pacto de Estabilidad y Crecimiento sellado en 1997. "Este código debería definir los principios de la política económica de los Estados miembros y los criterios para la utilización de los diversos instrumentos de la política económica", sugiere Prodi.
El código determinará, asimismo, la respuesta a "eventos imprevistos", como los acontecidos el pasado 11 de septiembre, "que puedan golpear a la Unión entera o a un solo país". Prodi aseguró que el código dará "plena coherencia a la política de la zona euro" y confirmará a los ciudadanos y a los mercados que, junto a la labor del Banco Central Europeo, "existe un mecanismo efectivo de gestión de la economía".
El italiano aprovechó su presencia en este prestigioso foro para defenderse de su gestión en el meridiano de la legislatura. Dentro de otros dos años y medio expira un mandato que desde 1999 ha estado cuajado de desencuentros con los Estados miembros. El presidente defendió ayer de nuevo algunas de sus iniciativas más polémicas, como la de tender lazos de comunicación hacia Libia o Irán, o su apoyo al canciller austriaco, Wolfgan Schussel, cuando dio entrada en el Gobierno a la extrema derecha de Jörg Haider.
En la reforma institucional, Prodi planteó que las sesiones de los Consejos de Ministros de la UE deben ser abiertas al público cuando actúe como foro legislativo. El italiano rechazó, en cambio, la creación de una segunda Cámara que se añada al actual Parlamento Europeo.