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ESTRATEGIA DE LAS EMPRESAS

En busca de una mayor seguridad alimentaria

La Guía de Trazabilidad de Aecoc permite conocer la trayectoria de la carne de vacuno en todos los procesos de la cadena de suministro, desde la granja hasta el consumidor final.

Los objetivos son que el consumidor final vuelva a confiar en los productos provenientes de la carne de vacuno, que el mercado se recupere de la fuerte caída del sector y que las empresas que forman parte de la cadena de suministro se profesionalicen. æpermil;ste ha sido el motivo por el que la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc), que cuenta con más de 17.000 empresas asociadas, ha presentado una Guía de Trazabilidad para el sector español de vacuno.

Se trata de un sistema de gestión de la información que permite conocer la trayectoria de la carne desde la propia granja hasta el establecimiento comercial. æeuro;ngels Segura, responsable del proyecto, señala que "la línea a seguir es trasladar la información en cada una de las piezas para evitar errores y ganar eficiencia mediante la transmisión electrónica de datos a través de las etiquetas, lectores de código de barras o mensajes EDI". Esta forma de registrar la información, según la responsable del proyecto, "permitirá dar respuesta a las crisis alimentarias y devolver la confianza al consumidor, que en todo momento sabrá de dónde procede la carne".

El plan de trazabilidad cobró forma el pasado año. Fue entonces cuando el comité de dirección de Aecoc, formado en su mayoría por directivos de grandes compañías españolas, decidió volcar sus esfuerzos en buscar soluciones para atajar la crisis alimentaria.

La guía representa la primera solución consensuada en España por todos los actores implicados en la cadena de suministro de la carne de vacuno. Para æeuro;ngels Segura, "es una herramienta de prevención que transmite valor añadido al producto siempre y cuando la empresa tenga un buen sistema de calidad" . De hecho la legislación española en el sector cárnico obliga a las empresas a transmitir determinada información a lo largo de la cadena de suministros.

En el proyecto han trabajado empresas productoras y distribuidoras del sector, con el fin de obtener un mecanismo estándar que permita el control de la procedencia, la ubicación y la trayectoria del producto o lote de productos hasta llegar al detallista. Esta solución pretende ofrecer mayores garantías en materia alimentaria, ya que si "se produjera de nuevo un caso de alerta se podría localizar el origen y proceder a una retirada eficiente de los lotes que impliquen algún riesgo", afirma Segura.

El plan de trazabilidad ya se ha puesto en práctica y Aecoc prevé que para finales de 2002 el 50% de los proveedores de carne de vacuno del sector de la distribución apliquen de forma regular esta guía. Empresas como Alcampo, Campofrío, Carrefour o El Corte Inglés, entre otras han participado en los grupos de trabajo. Aecoc es una asociación sin ánimo de lucro que nació en 1977 con la intención de afrontar la necesidad de codificar los productos de gran consumo. La asociación, que trabaja con el objetivo de mejorar las relaciones entre fabricantes, distribuidores y resto de intermediarios en el proceso comercial, representa a EAN International, responsable de establecer la normativa de codificación de productos a escala mundial.

La regulación de la carne de vacuno

El etiquetado en las piezas de carne de vacuno es pieza clave en el proyecto de trazabilidad o registrabilidad. Esta información garantiza, de forma inmediata, el conocimiento de los datos básicos en cada cadena de aprovisionamiento de carne de vacuno (desde el ganadero hasta el consumidor pasando por el matadero, la sala de despiece, la planta etiquetado y el distribuidor). En este sentido, La Comisión Europea lanzó la regulación (EC) 1760/2000 de etiquetado de carne de vacuno, efectiva desde septiembre de 2000.

La legislación tiene como fin asegurar un vínculo entre la identificación del canal, pieza de carne y el animal o grupo de animales de donde procede. La etiqueta de unidad de consumo debe contener, de forma legible a través de lectores ópticos estos elementos: número de referencia que asegure el vínculo entre la carne y el animal; lugar de nacimiento; país o países de engorde del animal; país de sacrificio; país donde se realiza el despiece, y número de autorización del matadero y salas de despiece.

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