La seguridad cobra un nuevo significado en Doha
Qatar fue elegido como anfitrión para la reunión de la OMC porque prácticamente nadie más estaba dispuesto a jugar este papel tras la tormentosa batalla de Seattle de 1999 y todas las que han sucedido desde entonces con los grupos anti-globalización. Además, este pequeño país del Golfo Pérsico está lo suficientemente apartado de Europa y EE UU como para "desincentivar" la asistencia de miles de manifestantes anti-globalización. Y sus estrictas leyes para regular las "asambleas públicas" eran perfectas para atar corto a quienes decidieran acudir a manifestarse a pesar de todo.
Sin embargo, los atentados terroristas de septiembre y el inicio de la ofensiva bélica de EE UU contra Afganistán cambiaron el panorama de forma radical. De la noche a la mañana, los países de la OMC se encontraron con que el lugar para su cita estaba justo en medio de un huracán.
Tras algunos tiras y aflojas sobre si debía cambiarse el lugar de la reunión, los países de la OMC decidieron mantener los planes previstos. Pero la preocupación es palpable en todas las delegaciones. Los miembros de la delegación oficial estadounidense irán equipados de un "equipo de emergencia" que incluye máscaras antigás y equipos de doble frecuencia. Además, están recibiendo instrucciones del Gobierno sobre cómo se organizará la evacuación (seguramente hacia barcos estadounidenses estacionados en las costas de la zona) en caso de ofensiva terrorista, informa Lydia Aguirre.
Las alarmas se dispararon el pasado miércoles cuando un ciudadano qatarí disparó contra una base militar que utilizan habitualmente las fuerzas estadounidenses. Las fuerzas de seguridad de Qatar abatieron de inmediato al atacante.
El propio director general de la OMC, Mike Moore, desvinculó el incidente con la celebración de la conferencia ministerial. "æpermil;ste es un incidente muy, muy triste... pero no creo que esto afecte al resultado", dijo.