Wall Street aplaude el recorte de tipos de interés y el Dow Jones avanza un 1,6%
La Reserva Federal estadounidense recortó ayer en medio punto el precio del dinero y dio un nuevo respiro a las Bolsas. El Dow Jones y el Nasdaq se apuntaron alzas del 1,59% y el 2,31%, respectivamente, pese a que las dudas sobre la magnitud de la rebaja habían mantenido en negativo a ambos índices en las horas previas al anuncio. La acción del banco central estadounidense supone el último intento desesperado por rescatar a la economía de la recesión, al mismo tiempo que le deja casi sin armas para seguir actuando en el campo de la política monetaria.
Wall Street ya tiene lo que tanto quería, el décimo recorte de tipos en lo que va de año, que sitúa el precio del dinero en el 2%, la tasa más baja de los últimos 40 años. La decisión de la Reserva Federal contentó a los mercados. No obstante, el comunicado de la autoridad monetaria arrojaba una lectura muy negativa del panorama económico.
"El aumento de las incertidumbres y preocupaciones en torno a un deterioro de las condiciones para los negocios, tanto aquí como en el exterior, siguen frenando la actividad económica", señaló ayer el banco central estadounidense. Algunos analistas destacaron tras el comunicado que la Reserva Federal podrían bajar aún más los tipos si la situación económica sigue deteriorándose.
Pero el recorte de ayer sitúa el precio del dinero 0,6 décimas por debajo del último dato de inflación, lo que implica que los tipos de interés reales son negativos. Los economistas señalan que esta situación deja muy poco margen, o ningún, para bajadas de tipos adicionales. Asimismo, alertan que las medidas de estímulo fiscal anunciadas por el Gobierno estadounidense (que podrían suponer una inyección de dinero público de hasta 116.000 millones de euros) podrían sufrir retrasos hasta que fueran aprobadas por el Congreso, con el peligro de que, una vez fueran aplicadas, la economía hubiera empezado a recuperarse y pudiera producirse un recalentamiento.
El propio Alan Greenspan aseguró el 2 de octubre, en su comparecencia tras la reunión mantenida ese día por los miembros de la Reserva Federal, que bajadas de tipos muy agresivas y un ambicioso plan de gasto podrían desbaratar la economía.
En las horas previas al anuncio, las Bolsas de Wall Street estuvieron ancladas en los números rojos. Aunque casi la totalidad de las firmas de inversión apostaba por un recorte de las tasas de interés, el mercado estaba dividido sobre la magnitud de la rebaja, lo que generó dudas entre los inversores y provocó que el volumen fuera muy escaso. Después, el Dow Jones y el Nasdaq escalaron hasta terreno positivo. Así, la Bolsa de Nueva York cerró con un alza del 1,59% tras remontar más de 160 puntos, lo que le sitúa al límite de los niveles anteriores a los atentados del 11 de septiembre.
Los bolsistas habían pedido a gritos un nuevo recorte del precio del dinero, conscientes de que las alzas del Nasdaq y del Dow Jones en el último mes y medio (el 25% y el 14%, respectivamente, desde los mínimos del 21 de septiembre) sólo podían ser sostenibles si se cumplían las expectativas de bajadas en el precio del dinero. En este sentido, los últimos datos publicados recientemente evidenciaban la delicada salud de la economía estadounidense.
El dato más significativo fue el PIB del tercer trimestre, que arrojaba una cifra negativa del 0,4%, la primera contracción en ocho años. Este dato coloca a EE UU en una situación de recesión técnica, pero si el próximo trimestre el PIB registrara de nuevo una cifra negativa, la recesión oficial sería ya un hecho.
La mayoría de los expertos cree, a estas alturas, que aquella es indiscutible. El paro en octubre alcanzó el 5,4%, la cota más alta de los últimos cinco años, mientras que la confianza de los consumidores se encuentra en los niveles más bajos de los últimos siete años y medio. Asimismo, el gasto de los consumidores, el pulmón de la economía estadounidense ya que representa aproximadamente dos terceras partes de PIB, se encuentra paralizado. En el último trimestre el crecimiento del consumo en EE UU fue el más bajo desde 1993.
El bono argentino sube pese a los avisos de Fitch
El Gobierno argentino recibió ayer el imprescindible apoyo de los bancos locales para poner en marcha el plan de canje de deuda en manos de entidades domésticas valorado en hasta 60.000 millones de dólares, que busca evitar un incumplimiento de pagos. La agencia de calificación de riesgo Fitch empañó el optimismo tras calificar la operación de insolvencia, bajando su valoración a C. Moody's no movió ficha aunque hizo una valoración similar.
El mercado apenas reaccionó a la noticia. El bono argentino (+2,74%) rebotó de una leve caída tras la decisión de la Reserva Federal. La jornada, semifestiva, mantuvo cerrada la Bolsa de Buenos Aires. El riesgo-país mejoró ligeramente hasta los 2.363 puntos.
Para Fitch la operación es forzosa. "Aunque el propuesto canje de deuda ha sido descrito como voluntario, las declaraciones públicas de los funcionarios argentinos implican que en el caso de negativa es poco probable que la deuda pública en manos de inversores locales vaya a pagarse", indicó la calificadora.
En Brasil la Bolsa reaccionó con optimismo al anuncio de las medidas económicas en Argentina y subía un 2,06% tras subir el 6,82% la víspera.