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El beneficio de la banca mediana tiende a estancarse

La desaceleración económica, la crisis bursátil y el impacto del fondo estadístico por insolvencias frenaron hasta septiembre la tasa de aumento de los beneficios de la banca mediana. Sabadell, Bankinter, Pastor, Atlántico, Zaragozano y Guipuzcoano ganaron en conjunto 64.752 millones de pesetas, un 5,97% más. Crece, por tanto, la brecha con el Popular.

La desaceleración económica ha dejado su rastro en la cuenta de resultados de los seis bancos medianos (Sabadell, Bankinter, Pastor, Atlántico, Zaragozano y Guipuzcoano), considerados en conjunto. Estas seis entidades sumaron hasta septiembre un beneficio neto atribuido de 64.752 millones de pesetas (389 millones de euros), un 5,97% superior al registrado en los nueve primeros meses de 2000.

La tasa refleja una considerable desaceleración si se compara con los crecimientos de los beneficios registrados hasta marzo (14%) y hasta junio (7,3%). Esta evolución ha provocado que se amplíe la brecha existente con el Banco Popular, el mayor de los medianos o el pequeño de los grandes, cuyos beneficios en el mismo periodo crecen un 16%, hasta alcanzar la cifra de 70.505 millones de pesetas (423 millones de euros).

La tasa de crecimiento del beneficio de estas seis entidades en estos nueve meses es incluso menor a la del BBVA en banca minorista doméstica, el área de negocio del grupo que, salvando las distancias, resiste cierta comparación con la actividad de los medianos, que no tienen filiales extranjeras con las que compensar el empeoramiento del negocio tradicional.

El BBVA aumenta su beneficio atribuido en banca al por menor en España un 7,5%, 1,6 puntos por encima de la tasa de aumento de las seis entidades analizadas, cuando en el trimestre anterior las tasas de crecimiento de los medianos superaban a las del banco vasco (7,3% frente al 3,3%). El grupo finalizó en marzo la integración de las redes de oficinas, lo que le permitirá fortalecer su actividad comercial en España y augura mayor competencia en el sector, después de unos meses en los que la digestión de los procesos de fusiones aflojó la competencia y dio cierta ventaja a medianos y cajas de ahorros.

En el caso del Santander Central Hispano, todavía enfocado hacia la unificación e integración de las dos redes comerciales, el beneficio de su banca minorista en España creció hasta septiembre menos que en los bancos medianos.

De hecho, prácticamente repite resultados (0,6%), aunque en los trimestres anteriores mostraba tasas negativas. Aunque los límites de la banca mediana son cada vez menos claros, teniendo en cuenta las particularidades de cada entidad, lo que sí ha sido rasgo común en todas ellas es el empeoramiento de los ingresos de las partidas más ligadas a los mercados.

Así, destaca la caída de los ingresos por comisiones, sobre todo las procedentes de la gestión de fondos e intermediación bursátil y los resultados por operaciones financieras.

Destaca, también, la notable desaceleración de la inversión crediticia como consecuencia de la debilidad de la demanda, aunque ésta ha afectado más a unas entidades que a otras, según hayan mantenido o no los criterios de prudencia en la concesión de préstamos ante un entorno económico diferente.

Además de afrontar un marco externo menos favorable que el del año anterior, que ha frenado el ritmo de aumento del negocio, el impacto del fondo de provisión anticíclica exigido por el Banco de España les ha sido clave en el deterioro de los resultados.

El "castigo" es especialmente notorio en el caso de Bankinter, que se queja de que, de cada 100 pesetas que gana, 47 pesetas se destinan a provisiones, incluido el fondo estadístico.

De no ser por este efecto, el banco, que considera rentabilizada su apuesta por Internet, habría presentado un aumento del resultado del 17,8%, en vez del 5,8%.

 

Aumenta

la presión competitiva

Cuando los grandes bancos españoles se fusionaron para formar BBVA y Banco Santander Central Hispano, muchos analistas pensaron que la banca mediana sucumbiría de inmediato ante la formación de tales gigantes. Sin embargo, lejos de desaparecer, los bancos medianos han logrado mantener su puesto en el mercado.

El hecho de que los dos grandes tuvieran que digerir el proceso de integración, con el consiguiente cierre de oficinas, les impidió aprovechar al máximo el potencial de su red comercial en España.

Esta circunstancia dio cierta ventaja a los medianos. Ahora el BBVA da por culminada la integración y dice que empieza a recuperar el músculo comercial, lo que le coloca en mejor posición para el año que viene. Aunque más tarde, ocurrirá lo mismo en el Santander Central Hispano, una vez que asuma plenamente la unificación de redes y marcas.

La competencia será, por tanto, mucho mayor en 2002, máxime cuando la incertidumbre del negocio en Latinoamérica les hará buscar la manera de exprimir al máximo los ingresos procedentes del negocio doméstico.

Este nuevo escenario de competencia en un contexto, además, de desaceleración económica y tipos más bajos presionará mucho más sobre estos bancos de tamaño medio, cuyo beneficio conjunto ni siquiera llega al del Banco Popular (64.752 millones de pesetas frente a 70.505 millones de pesetas) y es casi cuatro veces menor que el del BBVA y Santander Central Hispano sumados en su negocio de banca minorista doméstica.

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