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Las petroleras duplican su beneficio por litro de gasóleo

El margen bruto que obtienen las petroleras por la venta de gasóleo (la diferencia entre el coste del producto refinado y el precio de venta antes de impuestos) se ha duplicado en el último año, al pasar de 8,9 pesetas por litro en octubre de 2000 a las 18,5 pesetas actuales. Este fuerte incremento se ha producido pese al importante recorte que ha experimentado el precio de venta al público de este carburante que hace un año costaba casi 130 pesetas y ahora 108 pesetas.

Contrariamente a lo que pudiera parecer en un primer análisis, la actual coyuntura de un petróleo desconocidamente barato, la cotización del brent se encuentra en el nivel más bajo de los últimos dos años, en el entorno de los 18 dólares por barril, está beneficiando la cuenta de resul-tados de las compañías petroleras.

Por el contrario, hace ahora un año, con el precio del brent por encima de los 30 dólares el barril, los márgenes brutos de las empresas atravesaban uno de los peores momentos de los últimos años, ya que a la carestía del crudo se le unía el alza de las cotizaciones internacionales de los combustibles y las presiones de diferentes sectores económicos, además del Gobierno, para que contuvieran los precios finales del gasóleo y las gasolinas, que se encontraban por entonces en máximos.

El margen bruto es, en esencia, la diferencia entre la cotización internacional del producto refinado, es decir, el precio al que la petrolera compra el carburante, y el precio del combustible antes de impuestos; de esta ganancia, no obstante, habrá que descontar en cada empresa los costes de transporte del carburante o los gastos que conlleva su comercialización, entre otros. Así, en octubre de 2000, la cotización internacional media de la gasolina sin plomo ascendió a 45,93 pesetas por litro y su precio antes de impuestos se situó en las 59,8 pesetas, por tanto, el margen bruto fue de 13,87 pesetas por litro.

En la actualidad, la cotización internacional se mueve en el entorno de las 25,6 pesetas el litro, frente a un precio antes de impuestos de 49,8 pesetas por litro, lo que da como resultado un margen bruto de 24,2 pesetas, un 74,4% superior al de ahora hace un año.

No obstante, en el caso de la gasolina sin plomo, en la primavera pasada los precios volvieron a repuntar a valores máximos, situándose entonces el margen en 16,3 pesetas por litro, mayor que en el otoño de 2000, con la gasolina igual de cara, pero todavía sensiblemente por debajo del actual, un 48,4% menor.

æscaron;ltimos recortes

En el caso del gasóleo de automoción la recuperación de los márgenes ha sido todavía más extraordinaria.

En octubre de 2000, con el precio de venta al público de este combustible casi a 130 pesetas el litro, la cotización internacional del gasóleo alcanzaba las 53,69 pesetas por litro, mientras el precio antes de impuestos se situaba en 62,5 pesetas, lo que daba como resultado un exiguo margen de 8,9 pesetas.

Con las últimas rebajas decretadas por las tres petroleras líderes del mercado español de hidrocarburos, Repsol, Cepsa y BP, el precio final del gasóleo ha caído hasta las 108 pesetas el litro, ya que la cotización internacional de este producto también ha sufrido una espectacular disminución, hasta situarse en las 34,85 pesetas por litro como promedio, mientras que el precio antes de impuestos alcanzó las 53,3 pesetas, dando como resultado un margen de 18,4 pesetas por litro, más del doble que hace 12 meses.

¿Cómo es posible que con los precios finales de los combustibles, casi un 17% más baratos, los márgenes se hayan recuperado tan espectacularmente?

Muchos son los factores que inciden en esta espectacular remontada de las ganancias brutas. La primera conclusión es que el coste de la materia prima, la cotización del crudo y del producto refinado, se ha abaratado en mayor medida que se ha reducido el precio antes de impuestos.

Es decir, que con los costes en origen de los productos entre un 35% y un 40% más baratos que hace un año todavía queda recorrido para nuevas rebajas de los combustibles, ya que los precios antes de impuestos se han abaratado entre un 14,7% y un 17%.

No obstante, fuentes del sector recuerdan que son las políticas comerciales de las compañías las que deciden apostar por precios más competitivos en un momento determinado.

Además, las mismas fuentes matizan que, cuando los márgenes se estrechan por circunstancias del mercado, las empresas tienen potestad para recuperar aquellas menores ganancias coyunturales en momentos más favorables, como el que parece haberse iniciado en la actualidad.

 

El coste de los carburantes enfrenta al sector con los transportistas y Fomento

Tradicionalmente el precio de los carburantes ha sido motivo de polémicas por varias cuestiones. Cuando los precios son elevados, numerosos sectores se tambalean. Uno de ellos es el del transporte por carretera, debido al peso que tiene el gasóleo en la estructura de costes de estas empresas, masivamente pymes.

Además, resulta perjudicada la inflación, por lo que han sido numerosas también las ocasiones en las que el Gobierno se ha involucrado y ha llegado incluso a realizar recomendaciones en un sentido u otro a un sector liberalizado desde 1998.

Cuando en 2000 se consumó la escalada alcista del precio del petróleo y los combustibles, el Gobierno admitió sin tapujos haber recomendado al sector moderación a la hora de trasladar esos mayores costes a los precios finales; no en vano los transportistas habían amenazado con una huelga.

Hace un año, las críticas les llovieron a las petroleras por estar conteniendo artificialmente los precios y vender el gasóleo a pérdida. En esa ocasión, las denuncias procedían de gasolineros independientes, quienes acusaban a las grandes operadoras de querer expulsarles del mercado. El Servicio de Defensa de la Competencia ha archivado las denuncias.

Hoy, con una coyuntura distinta, los transportistas demandan rebajas más rápidas del gasóleo, para lo que han contado con un aliado de lujo, el Ministerio de Fomento, al que las petroleras reprendieron por considerar injustificadas sus críticas, aunque al fin las aguas parecen haber vuelto a su cauce.

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