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Italia permitirá repatriar rentas no declaradas si se paga el 2,5% del total

La Cámara de Diputados italiana aprobó ayer, con los votos de la mayoría conservadora, una polémica normativa sobre la repatriación de capitales no declarados, que exige sólo el pago de un impuesto del 2,5% de la cantidad defraudada.

La operación se podrá llevar a cabo desde el próximo 1 de noviembre y hasta el 28 de febrero del 2002 de forma anónima y sin que sea aplicable en adelante ninguna sanción por eventuales delitos tributarios.

Esta norma, que forma parte del decreto-ley que regula la sustitución de la lira por el euro, ha sido vivamente contestada por la oposición de centroizquierda, que la califica de "vergüenza nacional que viola el Estado de derecho y premia a los evasores".

De la disposición, sancionada ayer por 331 votos a favor, y con 237 en contra, se podrán beneficiar todas aquellas personas que dispongan de dinero, inmuebles, objetos preciosos u obras de arte sacadas ilegalmente de Italia.

Sólo se excluye explícitamente de la posibilidad de acogerse a esta medida a los capitales detentados en el extranjero que procedan de actividades criminales.

Como alternativa al pago del 2,5% del capital que "regresa" a Italia, el decreto establece la posibilidad de invertir al menos el 12% del importe total en títulos del Estado a 10 años.

En este sentido, la normativa ha sido interpretada como un instrumento del Gobierno para que aflore el dinero negro ante la inminente llegada del euro.

Los portavoces de los partidos integrados en la coalición opositora de El Olivo criticaron con dureza esta medida, por considerar que crea un agravio comparativo difícil de digerir.

El democristiano Pierluigi Castagnetti dijo que la medida "ofende a los fieles contribuyentes que ven grabados sus ingresos con impuestos de hasta el 40% y que no han reciclado dinero, ni falsificado facturas".

Desde las filas de la gobernante Casa de las Libertades del primer ministro, Silvio Berlusconi, se acusa al centroizquierda de "tremendista" con el argumento de que los beneficiarios de esta repatriación serán los italianos.

El destino de estas sumas, según el Gobierno, sería el de financiar un ambicioso plan de obras públicas prometido reiteradamente durante la campaña electoral por el propio Berlusconi.

Estimaciones extraoficiales calculan en unos 320.000 millones de dólares (unos 60 billones de pesetas) los capitales italianos que se encuentran sin regularizar.

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