El BCE se resiste a reducir los tipos hasta tener la inflación bajo control

El Banco Central Europeo (BCE) optó ayer por esperar a tener más datos sobre la inflación en la zona euro para bajar los tipos de interés, pese a las presiones políticas que se han venido sucediendo en los últimos días para que la entidad contribuya a estimular la actividad de la economía.

En la reunión quincenal de su consejo de gobierno, que fue por teleconferencia y sin rueda de prensa de su presidente, Wim Duisenberg, el BCE dejó inalterados los tipos de interés en el 3,75%, en el mismo valor en que permanecen desde el pasado 17 de septiembre.

Los mercados cuentan con que el banco emisor europeo reduzca las tasas entre un cuarto y medio punto en su próximo encuentro, el próximo 8 de noviembre.

Las deliberaciones de los 18 miembros del consejo estuvieron rodeadas de una gran incertidumbre y divisiones de los analistas sobre la decisión de mantener o no el precio del dinero.

A su vez, los operadores de los mercados de divisas y valores creen necesario que el banco salga en apoyo de la economía de la zona euro y saludarían una bajada de los tipos para poder incrementar las inversiones bursátiles. Para esta medida, el BCE cuenta con un margen de maniobra mayor ahora que han disminuido las presiones inflacionistas en los 12 países del euro.

En Alemania, según datos provisionales de seis Estados federados, la inflación en octubre será del 2%, un nivel que coincide con el tope fijado por el BCE para garantizar la estabilidad de los precios en los 12 países del euro.

Además, en septiembre la inflación interanual en la zona euro se redujo hasta el 2,5%, frente al 2,7% registrado en agosto, al tiempo que se espera un descenso hasta el 2,4% en octubre. Pero si la inflación alemana de este mes de octubre va a registrar una ostensible rebaja, según las cifras adelantadas, los datos de precios de Francia correspondientes a septiembre fueron muy positivos.

A pesar de un incremento mensual del 0,2%, la tasa interanual se redujo en Francia al 1,5%. Además de la caída de los precios, la debilidad de la coyuntura económica y la necesidad de impulsarla es otro argumento de quienes piden al banco un nuevo relajamiento de su política monetaria. La economía de la zona euro, que creció tan sólo un 0,1% en el segundo trimestre del año, puede contraerse aún más tras los atentados terroristas en EE UU.

Divisas

En su informe de octubre, el BCE ya había advertido de que todavía es muy pronto para valorar los efectos de los sucesos del 11 de septiembre en la economía del área euro, inclinándose así por una espera hasta obtener más información.

El banco europeo redujo los tipos básicos de interés por última vez el pasado 17 de septiembre, hasta el 3,75%, en una acción coordinada con la Reserva Federal estadounidense como medida de urgencia para contrarrestar los efectos negativos de los atentados terroristas en Estados Unidos.

La moneda única bajó frente al dólar después de que se diera a conocer la decisión del banco europeo y cotizaba en el mercado de divisas de Francfort a 0,8883 dólares frente a los 0,8913 dólares de esta mañana.

Los mercados de divisas, decepcionados por la negativa del BCE a bajar las tasas, podrían ahora castigar el euro, que en los últimos días ha alcanzado el tipo de cambio más bajo de las últimas seis semanas frente al dólar.

 

Alemania corrige a la baja el crecimiento del PIB

El Gobierno alemán corrigió ayer oficialmente a la baja sus previsiones de crecimiento económico que, según los nuevos cálculos, serán del 0,75% este año y del 1,25% el próximo. Según informó el Ministerio de Finanzas, la expansión económica se ralentizó a partir de mediados del año 2000, como consecuencia del debilitamiento mundial, de la subida de los productos energéticos y alimenticios y de una política monetaria estricta. Estos efectos fueron mayores de lo que se había calculado a comienzos de este año, reconoció el ministerio, que en primavera había pronosticado un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 2% para este año.

Con esta revisión, que el ministro de Finanzas, Hans Eichel, ya había adelantado la semana pasada en una entrevista en televisión, el Gobierno se suma a las previsiones de los seis principales institutos económicos de este país.