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La legislación catalana incentiva el reciclado de electrodomésticos

Cataluña puso en 1995 la primera piedra en España en reciclaje de electrodomésticos con el tratamiento de frigoríficos. La legislación catalana establece que el reciclaje de equipos con CFC, elemento nocivo para la capa de ozono que se encuentra en los congeladores, es un servicio público. Europa aprobará una directiva por la que el coste de reciclaje de los equipos recaerá en los fabricantes.

Los frigoríficos son los primeros aparatos electrónicos que se someten a un proceso de tratamiento y reciclaje en España. El descubrimiento de los clorofluorocarbonos (CFC), componente nocivo que se localiza en la carcasa y en el circuito de frío de las neveras, llevó a la Generalitat a regular su tratamiento una vez que se dejaban de utilizar.

La Junta de Residuos, organismo dependiente del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, puso en marcha en 1995 una planta que se encargó de su tratamiento en el Pont de Vilomara y Rocafort (Barcelona). Hasta el momento, ha tratado un total de 215.471 unidades.

En la planta se tratan los CFC, substancias químicas que si se liberan en la atmósfera contribuyen a la destrucción de la capa de ozono y que se hallan en la mayoría de equipos fabricados antes de 1995.

El precio de tratamiento de una nevera es de 13,8 euros (2.300 pesetas), según Ramón Bretcha, técnico de la Junta de Residuos.

La directiva europea, que se aprobará próximamente, establece que el tratamiento de equipos eléctricos y electrónicos en desuso recaerá en los fabricantes e importadores, con lo que este servicio estará incluido en el precio de los equipos. En la actualidad, el coste del tratamiento de los aparatos domésticos recae en la Junta de Residuos, mientras que el de los equipos industriales corre a cargo de las propias empresas que llevan sus equipos hasta el centro.

Los frigoríficos se someten a dos procesos de tratamientos. El primero consiste en el vaciado del circuito de frío, donde se halla en CFC-R12, y la separación del aceite. Posteriormente se tritura el armario y las puertas y se recupera el CFC-R11, que se halla en la espuma aislante de poliuretano.

Un 90% de los materiales, como plástico, vidrio, hierro y cables, se clasifica para su reciclaje y posterior venta. Los frigoríficos llegan hasta la planta procedentes de puntos de recogida, que reúnen los aparatos que los particulares abandonan en las tiendas tras comprar sus equipos nuevos.

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