La amenaza de una guerra bacteriológica da alas a los fabricantes de antibióticos
El aumento de los casos de carbunco detectados en diversos lugares del mundo han socavado la confianza de los inversores. Sin embargo, hay una cara opuesta de la moneda. La psicosis colectiva que se ha creado de uno a otro extremo del planeta ha impulsado a compañías que anteriormente habían pasado desapercibidas. Las empresas dedicadas a la investigación de la bacteria del ántrax que comercializan medicamentos para combatirla, o bien aquellas que han desarrollado sistemas de detección son las más beneficiadas. La farmacéuticas Bayer y Ranbaxy, y el fabricante de sistemas de examen de aguas Vital Living son algunos ejemplos.
El aumento de la demanda de antídotos contra la enfermedad ha favorecido claramente a las farmacéuticas. Bayer ha anunciado que a partir de noviembre aumentará un 25% la fabricación de Cipro, antibiótico recomendado contra el carbunco. La compañía ha subido un 14% desde principios de octubre. Otras beneficiadas como la japonesa Meiji Seika Kaisa y Ranbaxy, de India, que anunció que puede enviar a Estados Unidos 20 millones de tabletas de una versión genérica de Cipro de Bayer, estarían listas a mediados de diciembre. El valor ha subido un 10% en octubre.
Otras empresas, como Vital Living, han visto posibilidad de negocio. La compañía, que fabrica dispositivos de examen de agua, anunció que prepara la comercialización de aparatos caseros para detectar el ántrax. El valor ha escalado más de un 2.600% en las últimas dos semanas. Si antes de la psicosis este valor se intercambiaba a 11 pesetas por acción, en las últimas sesiones la cotización rondaba las 248 pesetas.
Por su parte, Cepheid, fabricante de sistemas de detección de contaminantes a mayor escala, ha doblado su valor en los últimos 15 días,
El pánico ha impulsado también firmas no relacionadas directamente con la enfermedad. Kossar Ruber, fir-ma de guantes médicos de goma, gana un 50% este mes.