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Bush admite que no puede implicar a Bin Laden con la 'guerra biológica'

EE UU no tiene pruebas que vinculen a Osama Bin Laden con los envíos de sobres con esporas de carbunco. Así lo admitió ayer George Bush, que dejó entrever la posibilidad de que los responsables de los mismos estén relacionados con grupos de terrorismo interno. Mientras tanto, el Departamento de Defensa confirmó que soldados estadounidenses ya están en Afganistán.

George Bush lanzó ayer una clara advertencia a los responsables de los envíos de sobres contaminados con la bacteria del carbunco (antrax en inglés) y que han elevado ya a 39 el número de ciudadanos estadounidenses expuestos a la enfermedad. El último tuvo lugar ayer y alcanzó a una empleada del diario New York Post. Sólo siete de los 39 casos detectados han resultado finalmente afectados por la enfermedad cutánea.

Tras su encuentro con el presidente chino, Jiang Zemin, el presidente Bush reconoció ayer que "no tenemos pruebas de un vínculo directo [entre los envíos con carbunco] con el enemigo [en referencia a Bin Laden]", aunque precisó que "tampoco podemos descartarlos".

Sin embargo, las investigaciones deben apuntar a otros responsables, porque su advertencia fue clara: "Cualquiera en América que use esta oportunidad para amenazar a nuestros ciudadanos, que piense que es un engaño divertido para lanzar algún tipo de amenaza, será capturado y juzgado".

El mensaje de Bush llegó el mismo día en que los talibán descartaron cualquier conexión entre los envíos realizados en EE UU y su régimen y su protegido, Osama Bin Laden.

La crisis del carbunco ha llegado también a Argentina, donde se detectaron esporas de la bacteria en un sobre procedente de EE UU.

Tropas en Afganistán

Mientras tanto, el Departamento de Defensa de EE UU confirmó ayer que comandos de elite se encuentran ya en suelo afgano, en lo que supone el inicio de la segunda fase de la ofensiva internacional contra el terrorismo. Los soldados, en un número no confirmado, se encontrarían en el sur del país , cerca de la frontera con Pakistán, y prepararían el terreno para la llegada de comandos especiales.

De cara a esta segunda fase, Alemania, Francia y Reino Unido se reunieron ayer en Gante y acordaron coordinar su participación en la ofensiva militar de EE UU contra Afganistán. Las tres potencias defendieron su encuentro como el propio "entre los países que ya están implicados [en el conflicto] o que van a estarlo pronto", según informa Bernardo de Miguel.

El canciller alemán, Ger-hard Schröder; el presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, se reunieron poco antes del Consejo Europeo de Gante para sellar su colaboración y no informaron al Consejo de los términos de su acuerdo. El encuentro despertó susceptibilidades entre el resto de Estados miembros y alentó las críticas hacia la falta de unidad de la política exterior comunitaria. Los países pequeños, sobre todo, lamentaron que la precumbre tripartita "envíe una señal tan equívoca en un momento tan delicado".

El Consejo Europeo, por su parte, ratificó la total solidaridad con EE UU decidida en la cumbre extraordinaria del 21 de septiembre. Los Quince consideran legítimos los bombardeos sobre Afganistán y los esfuerzos para derrocar al Gobierno de Kabul.

Mientras tanto, los talibán iniciaron ayer una ofensiva diplomática con el objetivo de poner fin a la crisis. El embajador de los talibán en Pakistán, mulá Abdul Salam Zaef, presentó ayer una propuesta de tregua al Gobierno de Islamabad que fue inmediatamente rechazada por la oposición afgana, la Alianza del Norte.

En la región también crece la tensión entre India y Pakistán por el conflicto de Cachemira. Las autoridades indias han asegurado que no combatirán a las guerrillas islámicas más allá de su frontera, pero Islamabad denunció nuevas incursiones indias en su territorio.

 

La violencia es imparable en Oriente Próximo

La violencia en Oriente Próximo es, hoy por hoy, imparable. Cualquier intento de distensión es rápidamente abortado por las acciones de alguna de las partes, israelíes o palestinos.

La jornada de ayer no fue una excepción y volvió a estar marcada por enfrentamientos, que arrojaron un saldo de cinco palestinos muertos y otros 20 heridos, cuatro de gravedad.

El Gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha utilizado el asesinato del ministro de Turismo, Rajavam Zeevi, el miércoles para lanzar una operación de castigo a gran escala que ha causado la muerte de 12 palestinos, entre ellos dos niños.

Argumentando razones de seguridad, las tropas hebreas decidieron ayer invadir varias ciudades palestinas: Beit Yala, Beit Sajur, Belén, Ramala y Gaza, enfrentándose con radicales palestinos.

A pesar de las llamadas a la paz de la comunidad internacional, la UE subrayó ayer en Gante la necesidad de relanzar el proceso de paz "sin condiciones previas", la violencia promete crecer en los próximos días.

La ANP volvió a rechazar ayer el ultimátum de Sharon de entregar a los responsables del asesinato de Zeevi, reivindicado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), lo que seguramente dará pie a más operaciones de castigo por parte israelí.

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