El fondo de garantía de depósitos nutrirá al de inversiones
Economía ha dado al fin con una solución salomónica para el conflicto que bloqueaba el fondo de garantía de inversiones. Los bancos y cajas contribuirán al fondo, pero cargando sus costes contra otro fondo de garantía, el de depósitos, que ya pagan. Queda por resolver la retroactividad del fondo.
El fondo de garantía de inversiones, promovido por vía de urgencia nada más estallar el escándalo Gescartera, sale poco a poco del atolladero legal en el que se encontraba. Los bancos querían eludir el pago a dicho fondo porque, argumentaban, ellos ya contribuyen a un mecanismo de garantía, el fondo de garantía de depósitos.
Al final, las firmas de Bolsa bancarias aportarán dinero al fondo de nueva creación, pero no harán desembolsos adicionales. Sus contribuciones vendrán del fondo de garantía de depósitos. Ello desbloquea la negociación, estancada desde finales de verano por ésta y otras discrepancias entre las firmas de valores.
Ello evita la descapitalización del fondo, pues las casas filiales de bancos y cajas acaparan dos terceras partes del negocio bursátil. Tampoco se pone en jaque la viabilidad del fondo de garantía de depósitos de bancos y cajas, pues sus activos superan el medio billón de pesetas.
"Ha sido una orden directa de Economía", comenta un directivo de una firma de valores, "porque el lanzamiento del fondo estaba paralizado por el conflicto entre bancos y firmas pequeñas".
Las sociedades independientes denunciaron que la exención de los bancos del pago del fondo llevaría a la quiebra a las firmas menores. Se reagruparon en la vieja Asociación Española de Agencias de Valores y Bolsa, desde la que promovieron el cambio del abogado designado por la CNMV para estudiar el caso.
La obligatoriedad de pago para las firmas bancarias no era, de todos modos, el único punto de desacuerdo. La mesa de negociación que ha dado forma al real decreto ha encontrado numerosos puntos de conflicto entre las propuestas de Economía y los intereses del sector. El principal fue la retroactividad del fondo.
Tal y como está planteada la ley, el fondo debe hacer frente a las derramas necesarias para compensar los agujeros bursátiles ocurridos de 1993 a esta parte. Dicha derrama puede ascender a 40.000 millones de pesetas. De ahí que todos los miembros del mercado hayan defendido sus posturas con tanto empecinamiento. De puertas adentro del mercado los profesionales denuncian una ley que les obliga a pagar agujeros bursátiles como los de AVA y Gescartera, en los que no han tenido nada que ver.
Pero también hay quien se queja, por ejemplo, de que la ley permita que los miembros de Bolsa creen un fondo separado del de los no miembros. También aquí los peces pequeños (los no miembros) se sienten discriminados.
Aparte de los agravios comparativos y los conflictos internos, el real decreto presenta una larga lista de cuestiones técnicas que debe resolver la mesa de negociación. No obstante, cunde en el mercado la opinión de que la decisión de poner el marcha este fondo fue política, y que de una manera u otra el fondo de garantía de inversiones será puesto en marcha.
Comulgar con ruedas de molino
La urgencia con la que Economía puso en marcha el fondo de garantía de inversiones dificulta la puesta en práctica de una medida de gran complicación técnica. El texto legal se redactó contrarreloj y se aprobó por la vía de urgencia. Como había que compensar a los afectados por Gescartera, se decidió que el fondo fuese retroactivo. Y se abrió la caja de Pandora.
Los miembros del mercado tienen que tragar 40.000 millones en derramas por los agujeros bursátiles de Camacho y compañía. Nadie discute la necesidad del fondo (está en la directiva europea), pero la mayoría considera la retroactividad como una aberración.
Pero, al tiempo, pocos dudan de que se llegará a un punto de encuentro. Sobre todo, porque debido a cuestiones políticas el Gobierno se mostrará inflexible en la necesidad de que sea retroactivo. Alguien pagará los platos rotos, y si las firmas de Bolsa no están dispuestas, terminará siendo el contribuyente de a pie.
Las mutuas serán consideradas como un solo titular
A efectos de indemnización futura, ¿cómo han de ser consideradas las mutualidades, cómo un solo titular o con todos los titulares de la misma? La pregunta sale a colación porque algunos de los clientes de Gescartera eran mutualidades.
Fuentes próximas a los negociadores señalan que en primera instancia las mutualidades serán indemnizadas, si llega el caso, como un solo titular y no como la suma de sus partícipes, es decir, uno por uno.
Reconocen las mismas fuentes, sin embargo, que en este caso puede existir un problema importante de interpretación, porque el concepto de titularidad no está suficientemente claro.
Hay otras consideraciones que, al menos por ahora, no han sido despejadas. Por ejemplo, ni la sociedad gestora del fondo ni las entidades adheridas al mismo tienen ninguna potestad para vetar la pertenencia al fondo de otras entidades que presentan situaciones irregulares conocidas o mantienen prácticas de riesgo operativo o de control interno superiores a la media.
Los expertos consideran que la sociedad gestora debería tener potestad para arbitrar medidas en estas condiciones.